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Sin relevo para los números uno del ciclismo
Los españoles, con Valverde y Movistar, coparon todos los rankings del ciclismo con un solo equipo en la élite
Por segundo año consecutivo España anuda todas las clasificaciones mundiales del ciclismo. Alejandro Valverde, mejor corredor del mundo según el ranking de la UCI, 675 puntos. El Movistar, número uno por equipos (1.619) en reñida pugna con el Katusha. Y España, indiscutible país hegemónico (1.945 puntos), muy por encima de los guarismos de Italia. La exuberancia sin límite. Este reino de la abundancia contrasta con el vacío que lo ocupa todo en la trastienda. Solo existe una escuadra en la primera división, el Movistar. Y una modesta formación en segunda, el Caja Rural. Nunca hubo tanta escasez de patrocinios ciclistas en España, ni siquiera en el duro tránsito de la posguerra a la democracia.
La tremenda antítesis pone en el espejo la situación actual con 1990, el auge total del ciclismo en España. Había once escuadras (Banesto, BH-Amaya, Clas-Cajastur, Festina, Kelme, ONCE, Orbea, Puertas Mavisa, Seur, Teka y Tulip) en un extenso repertorio que abarcaba transatlánticos con pequeñas embarcaciones que daban cobijo a la cantera de corredores que se cría, ahora como antes, en escuelas locales y luego en equipos de aficionados. Eran los felices noventa de los cinco Tours de Miguel Induráin y de su gran rival la ONCE.
Durante los ochenta, el ciclo de esplendor de Perico Delgado, España disfrutó de variedad y recorrido con el Kelme, el Reynolds, el Orbea, el Teka, el Zor o el Chocolates Hueso-Zahor, la cueva de los modestos. En los setenta mandaba el Kas frente a sus satélites, el Novostil, el Flavia. Y en los sesenta aparece la efigie del Bic y el Fagor, rivalidad extrema incluso en los patrocinadores. Llegados a la modernidad y a la opulencia de una sociedad y un tejido empresarial que emergen de la crisis, el año 2015 presenta, como 2014, la inanición. Solo el Movistar compite en el circuito World Tour. Hace siete otoños concursaban tres estructuras (Caisse d’Epargne, Euskaltel y Saunier), dos en 2013 (Movistar y Euskaltel) y solo uno ahora.
En estas circunstancias, sin equipos para asumir el relevo del Movistar, se produce el efecto embudo. Los ciclistas jóvenes que proceden de la cantera de las escuelas tienen que pasar por el arco de la empresa de Eusebio Unzué o convertirse en un español por el mundo.
«No hay forma de dar salida a los chavales de la categoría sub 23 -cuenta Josean Matxín, exdirector del Saunier Duval y ahora ojeador de talentos del Etixx-. Antes había carreras simbólicas, donde se concentraban los mejores ciclistas, que ya no existen. Cada equipo tenía una estructura amateur, de la que se nutrían los profesionales. Nada de esto existe ahora». Desaparecieron la Bira, el Circuito Montañés, rebajó su estatus la Vuelta a Navarra... Quedan muy pocos terrenos de enfrentamiento directo para los jóvenes. Y el Movistar no tiene una cantera. No la necesita. Puede elegir donde guste.
El año pasado Unzué captó a Jorge Arcos. Y el anterior, a Marc Soler, ganador del Tour del Porvenir. El zamorano Jaime Rosón, el mejor amateur de 2015, pasará con el Caja Rural. «Estoy convencido de que hay una base potente de corredores jóvenes en España, a pesar de las carencias económicas y la escasez de pruebas -explica Matxín-. Sigue habiendo afición y clubes deportivos que salen cada fin de semana a competir. El problema es que, al desaparecer tantas carreras y equipos, ya no se sabe distinguir cuáles son las pruebas de nivel».
Mientras España subsiste a duras penas con este contrasentido, números uno en todas las categorías en un andamio con los pies de barro, otros países emergen en la labor formativa con los chavales. «Australia será una potencia en el ciclismo muy por encima del resto en los próximos años -relata Matxín-. Compiten por todo el mundo como una selección nacional sub 23 durante todo el año y tienen a la próxima figura del pelotón, Robert Power».
La crisis económica, los escándalos de dopaje y la alargada sombra de los druidas médicos han apartado a las empresas del ciclismo. «Honrad esta camiseta», exigió el presidente de la mutinacional Telefónica, César Alierta, cuando presentó el patrocinio de Movistar hace cinco inviernos.
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