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García Bragado: «Yo no puedo estar parado»
El atleta español más longevo afronta a sus 45 años su duodécimo mundial, algo que nadie ha conseguido
Casi cuatro horas caminando a velocidad de crucero es un ejercicio agónico que da para pensar sobre el bien y el mal, el origen del universo y si hay vida después de la muerte. Misterios al que bien podría unirse este: ¿cómo es posible que a un tipo de 45 años, que fue campeón del mundo hace más de dos décadas, le siga yendo la marcha? Jesús Ángel García Bragado, nacido en Madrid pero adoptado por San Adrián del Besós , Barcelona , afronta mañana en Pekín su duodécimo Mundial de atletismo consecutivo, algo que nadie ha conseguido nunca.
Y no con ánimo de pasearse, sino para conseguir el billete que le lleve a los Juegos de Río 2016 , donde, ahí sí, tendrá su colofón. «Intento mantener la ilusión y la condición física. Hay compañeros que se cogen dos meses de vacaciones. Yo no puedo, necesito hacer ejercicio de continuo. Hago otros ‘trabajos’ al margen de la marcha atlética: natación, bicicleta estática, gimnasio... Y luego, en ocho semanas, me pongo a punto», señala García Bragado a ABC en una entrevista telefónica días antes de partir a la capital china.
En la madrugada de este sábado (1:30 hora española, Teledeporte y Eurosport), se enfrentará a 50 kilómetros de sufrimiento y ejercicios mentales de distracción. Oro en el Mundial de Stuttgart 1993 (en el que Valentí Massana ganó a su vez la prueba de los 20 kilómetros marcha), plata en Atenas 1997 y Edmonton 2001 , bronce en Berlín 2009 , además de diversos metales en Europeos y en la Copa del Mundo , García Bragado es una de las leyendas del atletismo español, en general, y de la marcha en particular, donde nuestros deportistas se han mostrado irresistibles.
El último ejemplo, el del murciano Miguel Ángel López . «Es una mezcla de genética, tradición y metodología. Llopart y Marín tuvieron la valentía de irse a México en los años 70 para aprender del polaco Jerzy Hausleber , un revolucionario entrenador de marcha atlética. Ahí empezó todo».
Desde Barcelona 92
José Manuel Abascal y José Luis González , iconos del mediofondo español de los 80, fueron sus ídolos, y de hecho Bragado pensó en el 1.500 y en el cross antes de que sus técnicos le convencieran de que tenía condiciones para las pruebas de resistencia. «Los 50 kilómetros marcha eran lo mío. Acababa de terminar la mili y los Juegos de Barcelona 92 me pillaron muy joven y con poca experiencia; esto último es esencial para que no se te acabe la gasolina. Preparar esa cita en cuerpo y alma me sirvió para aspirar a grandes cosas, lo que sucedió un año después en Stuttgart . El polaco Robert Korzeniowski -ganador de cuatro oros olímpicos y tres mundiales-, un auténtico genio que me ha privado de más victorias, tuvo entonces un mal día y yo aproveché mi atrevimiento».
García Bragado ha sido testigo privilegiado de la edad de oro del atletismo español y de su posterior decaimiento. «Quizás nuestro actual nivel sea más realista, pero también es cierto que quien siembra, recoge. En Barcelona 92 había recursos. Me extraña que ahora se hagan proyecciones de unas 20 medallas para Río con mucho menos dinero. Viajar a Pekín prácticamente sin dietas es un detalle de amateurismo».
En su opinión, el problema es que no hay una liga regular como en otros deportes, algo que preconizaba el pertiguista Javier García Chico . «El atletismo es muy romántico y debería ser un producto comercial . No se sabe vender. Además, es un deporte global y ‘barato’ como pocos, cualquiera puede calzarse unas zapatillas y practicarlo. Eso implica más dificultad para el reparto de medallas si no eres una superpotencia. De repente, surge un atleta de una isla del Caribe que es difícil de situar en el mapa y te la lía».
El marchador lleva años compatibilizando entrenamientos con su actividad pública en el Ayuntamiento de San Adrián de Besós , en el que es líder de la oposición por el Partido Popular . «El atletismo depende de ti. La política, de la percepción de la gente, y a veces pagas los pecados de otros», reconoce. «Me gusta la política... pero el atletismo me apasiona, y seguiré vinculado a este mundillo cuando me retire de la competición».
Eso sucederá después de Pekín y (según espera) de Río . «Tengo que hacer una buena carrera para entrar entre los ocho primeros, aunque luego me quedaría el cartucho de la Copa del Mundo . Río tiene que ser mi estación término. Si en 2017 no tengo relevo es que no hay buena higiene en la marcha española».
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