Una tormenta eléctrica frena el festival de Jason Day (-9) en Whistling Straits

La mala suerte se está cebando con Jason Day esta temporada. Cuando estaba jugando un gran Abierto de Estados Unidos (llegó a ser líder) se desplomó en el último hoyo de Chambers Bay debido a un problema de vértigos; luego, en el pasado Open Británico , también estuvo en cabeza y se quedó fuera del desempate por un mal "putt" en el hoyo 18. Ayer, cuando comandaba el último "major" de la temporada, el PGA Championship , una inoportuna tormenta eléctrica frenó en seco su remontada.

Haciendo gala de una espectacular capacidad de reacción, el asutraliano había encadenado tres "birdies" en cuatro hoyos para empatar en el liderato de Whisling Straits con su compatriota Matt Jones (-9) . Pero cuando se encontraba a falta de cuatro hoyos para completar la jornada, sonó la sirena de una suspensión que a la postre sería definitiva. De esta forma se acabó su progresión, algo que fue aplaudido por su compañero de partido y líder del primer día, Dustin Johnson , que estaba inmerso en la dinámica contraria: había firmado tres "bogeys" en los últimos cuatro para caer en la clasificación hasta la duodécima plaza (-5).

Entre ellos se había colado desde por la mañana el inconmensurable Jordan Spieth (-6) , que salió airoso del mano a mano con Rory McIlory y, con una tarjeta de 67 golpes, se situó séptimo en la tabla. El número dos del mundo quiere arrebatarle el primero al norirlandés y está mentalizado para hacerlo. Ahora, que para buen resultado, el que firmó el japonés Hiroshi Iwata (-4) . Acabó con nueve bajo par en el día (63 golpes) lo que iguala el registro más bajo en la historia de los grandes . "Ojalá hubiera hecho un golpe menos" dijo con resignación al final porque tuvo en su mano un registro histórico.

Por lo que respecta a los españoles, volvieron a pinchar en un torneo del "Grand Slam". Los que jugaron en el turno de mañana no lograron pasar el corte. Rafa Cabrera (+4), Miguel Ángel Jiménez (+6) y Pablo Larrazábal (+7) dijeron adiós al torneo mientras que Sergio García (-1) seguía vivo en el hoyo 18 de milagro. Como le sucedió en la ronda previa, los últimos hoyos se le hicieron cuesta arriba y había perdido tres golpes en los últimos cuatro. En su caso, la suspensión le vino de perlas. Si no sucede una catástrofe (el límite está previsto en más dos) debe pasar a la tercera jornada sin problemas.