Quintana golpea, pero no tumba a Froome

Era cuestión de ahora o nunca. Movistar intentó por fin lo que todos los aficionados le venían reclamando: un ataque sin cuartel al líder de la carrera, Chris Froome que había mostrado claros síntomas de cansancio en las etapas anteriores. En Alpe D'Huez había terreno suficiente para recortar los 2,38 que Froome le sacaba a Quintana . Pero los ataques combinados del colombiano, de su compatriota Anacona y del inconmensurable Alejandro Valverde no fueron suficientes para desbancar al británico. Quintana se queda con la miel en los labios. A poco más de un minuto de la gloria. Siempre quedará la duda de si la historia habría sido diferente si él y su equipo hubieran atacado con más tesón al líder desde que se llegó a los Alpes.

[Así les hemos contado la etapa]

Sabían en Movistar que si querían desbancar a Froome tendrían que darlo todo desde el principo de la etapa. Por eso, mandaron a Anacona por delante. Y en la Croix de Fer atacaron Valverde , primero, y Quintana , después. Dos ataques secos que destaparon definitivamente las debilidades de Froome. Quintana y Valverde lograron abrir una pequeña ventaja, pero terminaron siendo neutralizados. Demasiado lejos de la meta.

Así que solo quedaba una bala. Pero era la gran bala: el mítico Alpe D'Huez . De nuevo, Valverde fue el encargado de abrir hostilidades a nueve kilómetros de la meta. Y apenas unos minutos después, le secundó Quintana. Froome no pudo responder al golpe, pero tenía dos lugartenientes que quizás le salvaron in extremis: Poels y Porte. Gracias a ellos, la ventaja de Quintana y Valverde nunca fue grande. El murciano ya no tenía más gas. Así que su compañero se fue hacia delante, hasta alcanzar a Anacona . Juntos, los dos colombianos lograron abrir medio minuto de margen.

Pero no era suficiente. Así que Quintana tenía que dar el último golpe. Se marchó en solitario hacia la cima, pero en ningún momento hubo sensación de que pudiera recortar 2,38 minutos . Por detrás, con frialdad británica, Froome iba controlando el minutero. Cada kilómetro que pasaba jugaba a favor del que será finalmente el vencedor del Tour mañana en los Campos Elíseos.