Solo Contador intenta poner en apuros a Froome

Alberto Contador pertenece a una especie en extinción dentro de un ciclismo encorsetado por pinganillos y potenciómetros. El Sky de Chris Froome, con su hoja de cálculo , ganará probablemente el Tour de Francia. Fue el más fuerte en los Pirineos y estos días está administrando su cómoda ventaja. Pero la diversión y el vértigo los pone Contador, el inconformista, que morirá matando, atacando, arriesgándose, cayéndose, perdiendo más tiempo, porque no le vale ser segundo, ni quinto ni décimo. Si las fuerzas no le hubieran abandonado (en estos tiempos modernos el doblete Giro-Tour se antoja muy complicado), habría sido un enemigo temible para el maillot amarillo.

[Así hemos contado la etapa]

El ciclista madrileño atacó en el Glandon , el coloso alpino donde en 1988 hizo lo propio Perico Delgado para coger después el liderato en Alpe D'Huez y ya no soltarlo hasta París. Un puerto interminable por donde pasó con escasos segundos de ventaja sobre Froome y los demás favoritos, a los que en algún momento de la ascensión llegó a aventajar en un minuto. Pero los arreones atrás de Nibali y Quintana le penalizaron. Neutralizado en la bajada , llegó con sus habituales compañeros de fatigas al último puerto de la jornada, el serpenteante y precioso Lacets de Montvernier.

Por delante, Bardet afrontó el primero esas rampas , punta de lanza de una fuga donde se encajó «Purito» Rodríguez con la idea de cosechar puntos para el Premio de la Montaña. El catalán se quedó vacío en el Glandon. Contador, con ayuda de Majka, lo intentó de nuevo en las revueltas del Lacets de Montvernier, pero Quintana salió al quite. Y Valverde hizo lo propio con Nibali. Para tranquilidad de Froome (que empieza a dar pequeños síntomas de fatiga), Movistar se ha convertido en gendarme de la carrera.

Bardet coronó primero y en la bajada hacia meta conservó la ventaja de unos 40 segundos sobre Rolland. Francia por fin se alegró con un corredor que venía para disputar la general. Los favoritos llegaron juntos. Quedan dos grandes etapas alpinas, en las que Contador y Nibali volverán a intentarlo con más orgullo que fuerzas. Habrá que esperar la decisión de Movistar: asegurar el podio o mostrar más ambición.