Rubén Plaza consigue la tercera victoria española en el Tour

En Gap , antes de la jornada de descanso que dará paso a la traca final en los Alpes, ganó Rubén Plaza (Lampre), valiente en la última subida, pero, sobre todo, en la peligrosa bajada hacia la meta. Tercera victoria española en el Tour de Francia. Plaza formó parte de la nutrida escapada (en la que, una vez más, se incrustó Sagan, frustrado como siempre) que contó con el beneplácito del pelotón para jugarse la victoria. Los notables de la general se movieron en el Col de Manse , pero solo Nibali cobró una pequeña ventaja. Los demás llegaron juntos con la excepción de Geraint Thomas, caído sin consecuencias.

[Así hemos contado la etapa]

Hansen (Lotto) y Haller (Katusha) rompieron la unidad del grupo cabecero y llegaron con un minuto de ventaja a la última ascensión del día, donde sus perseguidores empezaron a dispersarse. Por detrás, el pelotón principal, tomándoselo con absoluta calma, viajando a veinte minutos. Cuando Hansen y Haller fueron engullidos, Rubén Plaza atacó y coronó con 55 segundos de adelanto. Sagan no contó con mucha ayuda para tratar de atrapar al español: de todos ellos era el mejor bajador y esprínter, y nadie quería hacerle el trabajo.

El descenso de Manse tiene grabada a fuego la terrible caída de Joseba Beloki en el Tour de 2003 , cuando atosigaba a Armstrong, y el «bicicross» del texano atravesando un prado tras esquivar milagrosamente al español. Por delante, Plaza tuvo algún susto en el curveo y el habilidoso Sagan lo dio todo en el bacheado asfalto; un espectáculo el eslovaco cuesta abajo, que restó 25 segundos al escapado. Pero en el llano final, un rodador como Plaza no podía fallar. Sagan llegó segundo, su condena en este Tour. Ganará sin duda el maillot de la regularidad, pero tiene difícil ya atrapar una victoria de etapa.

En la carrera que se discutía por detrás, el Tinkoff tensó la cuerda. Richie Porte se dejó ir, sin duda pensando en el trabajo que le espera desde el miércoles. A pesar de ser un puerto de segunda apenas quedó en pie el grupo de favoritos. Pegó un buen arreón Contador, interceptado enseguida, y luego Nibali , al que Froome no quiso perseguir, permitiendo que se la jugara en el descenso. En una curva, Barguil chocó con Thomas, que se dio un golpe contra un poste. Susto mayúsculo que, por fortuna, quedó en nada.