Los favoritos sobreviven al pavés

El «día para los supervivientes», ese tránsito de Seraing a Cambrai sembrado de trampas adoquinadas , se saldó sin perjuicio para los favoritos (salvo Thibaut Pinot, peleado con la suerte, que pinchó en el peor momento). Ganó la etapa el alemán Tony Martin , que sorprendió al grupo cabecero en un arreón final, y además alcanzó el liderato de la carrera.

[Así hemos narrado la etapa]

Antes de la batalla un grupo de escapados buscó la gloria: Lieuwe Westra (Astana), Thomas De Gendt (Lotto-Soudal), Perrig Quémeneur (Europcar) y Frédéric Brun (Bretagne-Séché Environnement). Su ventaja llegó casi a los tres minutos, pero empezó a disminuir cerca del segundo de los siete tramos de pavés. Fue ahí, a falta de 45 kilómetros para el final de la etapa, cuando empezó el zafarrancho, la aventura de los fugados llegó a su fin y se produjo un pequeño corte que pilló fuera de juego a Contador y Quintana , que se repusieron.

En el tercer tramo, Quérénaing a Verchian-Maugré, de 1,6 kilómetros, Nibali ordenó a Lars Boom poner al pelotón en fila india. El trance acabó sin daños, con todos los favoritos atentos. Llegaron entonces los tramos decisivos donde discurre la clásica París-Roubaix. En el de De Tertre a Quiévy, de 3,7 kilómetors, pinchó Pinot; no sería su única avería, y la tardanza en cambiar la rueda sepultó definitivamente sus opciones para la general.

En el último sector de pavés, el de De Avesnes a Carnières, de 2,3 kilómetros, el tirón de Nibali provocó un corte en el grupo cabecero. Prolongó el ataque Froome con la ayuda de algunos compañeros, con el Tinkoff tratando de llevar hacia adelante a Contador. Poco después se produjo el reagrupamiento y empezó a masticarse el desenlace, la victoria de Martin, que fue el más listo.