ALPINISMO
Everest: la tragedia de las expediciones comerciales
Una película narra los sucesos de 1996 en el techo del mundo, cuando la ambición desmedida y la frivolidad provocó una catástrofe
![Everest: la tragedia de las expediciones comerciales](https://s2.abcstatics.com/Media/201506/10/everest-pelicula--644x362.jpg)
El Himalaya fue el postrer escenario de la exploración humana en el planeta. Después de la victoria sobre los polos norte y sur, faltaba el tercer polo, la «diosa madre del mundo», y el resto de las cumbres de más de ocho mil metros de altura. Fue, sobre todo, una operación de orgullo nacional. Los ingleses pusieron sitio al Everest; los alemanes, al Nanga Parbat; los franceses, al Annapurna. Al prestigio se le unía la épica y una particular filosofía de la vida.
Un clásico, Lionel Terray, hablaba de «la conquista de lo inútil». Walter Bonatti se refería a la «sinceridad de la montaña» en comparación con el ser humano. Para Reinhold Messner, «las grandes cumbres no son justas o injustas, simplemente son peligrosas». ¿Y la pregunta del millón? «¿Por qué quiero subir el Everest? Porque está ahí», contestó el legendario George Mallory, cuyo espíritu cayó prisionero del hielo en 1924 —su cuerpo fue encontrado 75 años después—.
Sólo Mallory y su compañero Irvine saben la verdad de su éxito o fracaso. Para los anales quedará que Hillary y Tensing Norgay fueron los primeros en 1953. Hoy, las voces de los fantasmas y de los conquistadores de lo inútil apenas son un murmullo ahogado por el ruido de cientos de candidatos a la gloria, que se desea porque está ahí o porque se tienen 50.000 euros para alcanzarla.
El suceso de 1996 en el Everest fue el primer indicio de que algo estaba cambiando. Ocho personas de diversas expediciones comerciales murieron el 10 de mayo como consecuencia de la mala preparación y las decisiones desafortunadas de los guías en medio de una tormenta; otras cuatro fallecieron durante las semanas siguientes por las graves lesiones sufridas.
Dos libros cuentan distintas versiones de lo ocurrido: «Into Thin Air» (traducido al español como «Mal de altura»), del periodista norteamericano Jon Krakauer, y «La Escalada», del alpinista kazajo Anatoli Boukreev. El cine explota ahora su historia. «Everest», dirigida por Baltasar Kormákur y protagonizada por Jake Gyllenhaal, Josh Brolin, Jason Clarke, John Hawkes y Sam Worthington, se estrenará en septiembre de este año.
Atención, que llegan «spoilers». Krakauer y Boukreev formaban parte de aquellas expediciones lideradas por Rob Hall y Scott Fischer, congelados en la cumbre junto a unos clientes que no cejaron en su ambición porque habían pagado. Krakauer acusó a Boukreev de haber abandonado a los suyos debido a que subió sin oxígeno adicional, lo que mermaba su capacidad para ayudarlos. El hecho es que el kazajo, escalador de altísimo nivel, logró salvar la vida a tres de ellos. En 1997 una avalancha lo sepultó en el Annapurna. Si en algo estaban de acuerdo los supervivientes de aquellas cordadas del 96 es que la masificación y frivolización del Everest desencadenaron la tragedia.
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