CICLISMO
Los planes de Contador antes del Tour
El ganador del Giro prepara desde hoy su asalto al doblete en la carrera francesa, proeza que no se logra desde 1998 (Pantani)
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El mundo rosa de Oleg Tinkov y su séquito quemó la noche de Milán en la que fue su segunda gran ronda como patrocinador principal de este equipo que mezcla propietario y empleados rusos, un director belga, auxiliares daneses (supervivientes de la época de Bjarne Riis) y españoles, trabajadores italianos, un jefe de prensa andaluz y un líder que aglutina esa amalgama multicultural. Alberto Contador se retiró pronto a sus aposentos porque ya solo piensa en su próxima parada, el Tour de Francia.
Como si fuera un trayecto en tren con final feliz, Contador está disputando una carrera de tres meses , los que van desde que empezó el Giro (el 9 de mayo) al día en que acaba el Tour (26 de julio). Dice que n o hay tiempo para disfrutar de su éxito en el Giro , que el ciclismo no para y que cada minuto de recuperación cuenta.
Contador se toma como una parte más de su trabajo el habitual recorrido por las instituciones madrileñas. Permanecerá tres días en España con sus padres, sus hermanos y sus amigos antes de embarcarse en la enésima concentración con objetivo Francia. Viajará luego a su casa en Suiza, al microclima del lago de Lugano donde habita un piso de gigantesca terraza frente al agua dulce y realizará una preparación en altura, en alguna estación de Suiza. Solo participará en una carrera antes del Tour (la Ruta del Sur, del 18 al 21 de junio) para examinarse físicamente y hacer un test.
«No he llegado al nivel del Tour del año pasado en este Giro –aseguró–. Supongo que el Tour será mucho más complicado que el Giro por la participación y por el esfuerzo que he acumulado durante estos días en Italia. Pero es mi objetivo y a ello me entrego». Ha conquistado el Giro gracias a su exuberante contrarreloj en Valdobbiadene , donde arrasó a la competencia, dobló a Mikel Landa (cuatro minutos de castigo) y dejó sin palabras a Fabio Aru. Pero en la montaña no ha parecido el Contador de siempre. Mikel Landa le dejó tres veces: en Madonna di Campiglio en un ataque de última hora, en la cuesta de entrada a Aprica y, lo más llamativo, en el tramo de tierra de la Finestre. Allí el madrileño controló una pájara que amenazaba debacle.
En el Tour le espera una competencia feroz y fresca de piernas, que apenas se ha exprimido físicamente. Nairo Quintana lleva desaparecido muchas semanas, Vicenzo Nibali ha puesto el foco en renovar su título en el Tour y Chris Froome apenas ha dado señales de vida. Todos guardados esperando a Contador, mucho más expuesto por el reto de ganar el mismo año Giro y Tour. Desde 1998 (Pantani) nadie lo ha conseguido.
Serenidad y control
Pero en su séptima conquista de una gran ronda, Contador ha enseñado virtudes de veterano sabio. Mostró serenidad en los momentos complicados , como el pinchazo antes del Mortirolo o la crisis que sufrió subiendo el Finestre. Lejos de dejarse llevar por el pánico, actuó con calma mientras las pulsaciones de su corazón subían hasta 180. Siempre tuvo una mentalidad de patrón. No hubo otro jefe de la carrera. Desde el primer día, la etapa quinta en que se colocó como líder, ejerció un férreo control de la prueba, en los días de llano, media montaña y en los Dolomitas.
Un dato quedó claro. El Astana fue muy superior al Tinkoff en el potencial de sus corredores. Contador ha ganado solo en los grandes momentos. Si había un grupo de destacados, al menos cuatro o cinco eran del caótico conjunto kazajo. Salvo Kreuziger y algún día Rogers, los otros compañeros de Contador han estado por debajo del nivel de su líder. A Ivan Basso apenas se le ha visto.
Y ha exhibido un espíritu de superación frente a la adversidad, su compañera de viaje. Por su afán de no cortarse y correr al frente del pelotón, Contador sufrió dos caídas en dos llegadas al sprint. Se le salió el hombro en Castiglione de la Pescaia y se hirió en una pierna en Jesolo. No suele tener carreras cómodas el madrileño. Siempre le pasa algo. Esta vez también se sobrepuso a los obstáculos.
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