Jordan Spieth (-14) revienta el torneo a base de batir todo tipo de récords

La segunda jornada del primer «major» del año fue, al igual que la primera, una exhibición de Jordan Spieth . El joven tejano firmó ayer 66 golpes sin fallos y estableció el registro más bajo después de dos jornadas, con 130. Su ventaja de cara a las últimas rondas es de cinco sobre Chraley Hoffman y siete ante Justin Rose y Dustin Johnson.

Spieth está dispuesto a marcar hitos en el golf mundial . A pesar de su bisoñez, ya cuenta con dos triunfos en el PGA Tour, uno en el australiano y una participación en el Masters de 2014. Mas lo curioso es que después de quedar segundo el año pasado con cinco bajo par (sin bajar de 70 golpes en toda la semana) en éste ya marcha con catorce impactos de menos en dos días. Y, además, con una soltura insultante para los demás, lo que destroza las teorías de que es importante tener mucha experiencia en el National para hacerle un buen resultado. «Evidentemente, el conocimiento ayuda, pero luego lo que importa es hacer pocas», comentaba un sorprendido Chema Olazábal (+6), que pese a ganar ayer al campo no pudo superar el corte.

Tampoco será de la partida el sábado Miguel Ángel Jiménez (+7), que lastrado por el mal comienzo incial (78) fue a remolque toda la jornada de ayer. «No puedo decir que me vaya descontento del juego, porque fallé sólo en los seis hoyos inciales de la segunda vuelta del jueves; pero a la postre son muchos regalos en un campo como éste, que te pasa siempre factura». No mucho mejor de ánimo, pese a estar en el puesto diecinueve, se mostraba Sergio García (-2) . «No me encuentro a gusto aquí, no sé cómo explicarlo. No veo los golpes y sufro mucho en cada uno de ellos».

En situación de atacar la victoria se encuentran el propio Hoffman (-9), muy sólido en los últimos torneos, los reseñados Rose (-7) y Johnson (-7), que siempre juegan bien en este recorrido, junto a un redivivo Paul Casey (-7) y los veteranos Phil Mickelson (-6) y Ernie Els (-5). El torneo está muy abierto por abierto y, en caso de un bajón de Spieth, se pondrá de lo más interesante.