GOLF

Alex Cejka, un liberado del Telón de Acero

Con 9 años huyó con su padre de Checoslovaquia y, tras una odisea de vida a la fuga, el golfista brilla en Estados Unidos

Alex Cejka, un liberado del Telón de Acero AFP

M. A. BARBERO

Gran parte de sus compañeros del PGA Tour (la NBA del mundo del golf) no llegan a entender la odisea que vivióAlex Cekjapara escapar de su Checoslovaquia natal y disfrutar de la vida que ahora tiene. A sus 44 años, este simpático jugador está perfectamente asentado en Estados Unidos, reside en Arizona y no tiene la pinta del refugiado político al uso.

Mas, en 1980, la situación mundial era bien distinta y los dramas sociales estaban distribuidos por algunas zonas inimaginables hoy en día. Su padre, Alexander, no aguantó el régimen comunista de Praga y, sin encomendarse a nadie, decidió huir del país junto a su pequeño de nueve años. «Apenas recuerdo los días previos, aunque sí que estaba muy nervioso -comenta Alex- porque vivíamos en un estado policial en el que cualquiera podía delatarte. Así que decidió no decirle a nadie que nos íbamos a escapar.»

De hecho, ni siquiera él era consciente de que iban a emprendar una aventura que podía llevarles a la felicidad o, de salir mal, incluso a la muerte. «Mi padre me dijo que preparase una bolsa de ropa porque nos íbamos de vacaciones y ésa era la idea que yo tenía. Ahora, viéndolo con perspectiva, reconozco que tuvo mucho valor para hacerlo, ya que podíamos haber acabado en la cárcel o fusilados, si nos hubieran atrapado».

La escapada fue de película y, la mejor parte, es que el niño la vivió como toda una aventura, sin darse cuenta del peligro que pasaban. «Cambiábamos constantemente de trenes, atravesábamos los campos andando, cruzábamos los ríos a nado... y parecía que todo lo hacíamos como parte de un juego. Luego dormiamos al raso o donde podíamos». Y así, sorteando todo tipo de dificultades y penurias que les llevaron por Yugoslavia, Italia y Suiza, finalmente alcanzaron su destino. «Yo seguía sin entender nada, pero empezé a darme cuenta de la importancia del viaje cuando, al llegar a los Alpes, mi padre se puso a llorar y a decirme que lo habíamos conseguido, que ya éramos libres».

La última escala del viaje les llevó a Alemania, donde ya se asentaron y lograron la nacionalidad. Desde entonces, ya como un niño germano más, creció con un importante amor por el deporte, que le llevó a destacar en fútbol y hochey sobre hielo. Hasta que otra estrella se cruzó de nuevo en su futuro: Bernhard Langer. En cuanto vio jugar al fenómeno teutón supo que su futuro estaba en el golf.

En 1989 se hizo profesional y se labró una sólida carrera en el Viejo Continente, con cuatro victorias en el Challenge Tour y otras tantas en el European (la más importante, el Volvo Masters de Valderrama de 1995). Sin embargo, le faltaba algo. Su sueño seguía estando en Estados Unidos: quería cruzar el Atlántico y ganar allí.

Ahora, cuarentón y después de 286 torneos, pocos pensaban que aún tuviera pólvora ganadora en su fusil. Pese a que el año pasado ya había dado un toque de atención al vencer en Colombia en el Web.com (satétite PGA), el circuito superior es otra cosa. «Estos chicos son muy buenos -bromeó- y aún no me creo que sea un ganador del PGA. Estoy sin palabras, es la ilusión de toda mi vida hecha realidad».

Alex Cejka, un liberado del Telón de Acero

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