GOLF

Peter Lawrie reconoce que se hundió al dejar de beber refrescos de cola

El irlandés, campeón del Open de España 2008, descendió 800 puestos del ranking mundial al faltarle azúcar y cafeína

Peter Lawrie reconoce que se hundió al dejar de beber refrescos de cola

MIGUEL ÁNGEL BARBERO

Después de llevar un tiempo perdido en los grandes torneos, el irlandés Peter Lawrie ha explicado el porqué de su pérdida de efectividad: dejar su adicción a los refrescos de cola le había afectado física y psicológicamente hasta el punto de bajar más de 800 puestos en la lista mundial en los últimos años, con especial gravedad en la última campaña: descendió del puesto 303 al 916 del mundo.

Todo le sonreía al dublinés cuando, en 2008, ganaba en Sevilla el Abierto de España en un desempate ante Nacho Garrido. Con su nueva consideración de ganador del Circuito Europeo logró sus mejores momentos y empezó a consolidar una buena carrera profesional que había despuntado desde que llegó al Tour en 2003 y ganó el premio al mejor debutante del año.

Sin embargo, en los últimos años su juego dio un bajón notable, hasta el punto que el año pasado sólo pasó seis cortes en toda la temporada y perdió su tarjeta para 2015. Ahora, con 40 años, está jugando en Asia gracias a invitaciones de los patrocinadores y parece que las está aprovechando.

En su anterior torneo fue decimosexto en Malasia y ahora marcha noveno en la India. «Consumía varios litros de cola al día y cuando dejé de hacerlo lo pasé fatal -declaró el jugador a la radio irlandesa Newstalk-. No voy a decir que sufriera un síndrome de abstinencia, pero me cambió totalmente el carácter y no podía lidiar con los problemas que me iban surgiendo. Cambié una situación de exceso de azúcares a una de déficit y no pude sobrellevarlo.» Ahora ha vuelto a recuperar su hábito poco a poco (reconoce que bebe dos o tres latas al día), pero su juego y disposición están más en línea con su calidad.

Aunque los fabricantes de bebidas afirman que sus productos no son adictivos (medio litro tiene 53 gramos de azúcar y 53 miligramos de cafeína, cantidades que en sí mismas no son perjudiciales), cuando se ingieren en exceso pueden producir, aparte de enfermedades como diabetes, obesidad, taquicardia o caries, adicción por el estímulo físico y neuronal que producen.

De ahí que un corte brusco en su consumo pueda producir problemas como malhumor o falta de concentración. Otra implicación es que muchas veces se asocia a costumbres o manías que son difíciles de cambiar. «Incluso en los países más cálidos, como Malasia, iba bebiendo cola por el campo» apuntó Lawrie, cuando lo recomendado por todos los médicos en esos casos es beber exclusivamente agua. Y si se corta drásticamente el consumo de bebidas estimulantes, sustituirlas por otro tipo de carbohidratos para que el cerebro no los eche en falta.

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