Descubre que su héroe era su padre y un asesino

Con ocho años todo niño tiene su héroe, su póster pegado en la pared de quien quiere ser ejemplo y reflejo. También Alexandre Dumoulin, el jugador francés de rugby que debutó con la selección nacional el pasado otoño. En sus sueños, Marc Cecillon, a quien anima desde la televisión y aspira a seguir sus pasos en el deporte. Dumoulin aún tardaría casi diez años en saber que su ídolo de infancia era su padre biológico.

Criado por su madre Carole y su padrastro Xavier Montmeat, también jugador del rugby, descubrió el secreto familiar a los diecisiete años, pero no quiso desvelar nada hasta ahora, con 25 años y después de estrenarse con la camiseta nacional. Empieza a ser conocido entre el público y quería, de esta manera, que su vida personal no enturbiara la profesional. «Alexander quería hablar del tema para zanjar cualquier debate. Hay que respetar su decisión. Sabe que le facilitará las cosas en el futuro», dice Philippe Saint-André, entrenador francés.

«Tenía 19 años, tuve una aventura con él, pero respeté su decisión de no reconocer a su hijo, estaba casado», explicaba la madre, Carole Dumoulin. Su ídolo infantil, además de padre biológico, también fue jugador de rugby , defendió la camiseta francesa en 46 ocasiones, desde 1988 hasta 1995, y fue capitán en cinco ocasiones. Pero su fama se quebró cuando mató a su mujer Chantal de un disparo delante de sesenta personas en agosto de 2004. Fue condenado a 20 años de prisión, aunque se le rebajó la sentencia a catorce. Salió en libertad vigilada en junio de 2011. Su hijo nunca intentó ponerse en contacto con él, pero dice ahora la verdad para poder aparcar ese lado oscuro y seguir sus propios pasos en la selección francesa. «Déjanle construir su vida, su carrera profesional en el rugby. Su nombre es Alexandre Dumoulin».