Rugby
Inglaterra, todo o nada
El VI Naciones y el Mundial de otoño marcan el intento del XV de la Rosa por volver a la élite del rugby internacional
El mundo del deporte está habituado a los enfrentamientos por naciones o, incluso, por continentes, como sucede en diversas competiciones de golf. Sin embargo, el rugby tiene la peculiaridad de que separa a sus contrincantes por hemisferios. Y para una nación tan orgullosa como Inglaterra, que fue la inventora de esta actividad, resulta muy doloroso ver que justamente los equipos del sur son los que se llevan la palma en cuanto a triunfos internacionales.
En su favor hay que decir que, desde que se instauraron los campeonatos mundiales en 1987, la única vez que la copa ha viajado al norte fue cuando se impusieron a domicilio a Australia en 2003; pero, desde entonces, los ingleses no han vuelto a conocer la victoria. Y eso es algo que no se puede permitir, sobre todo cuando en septiembre y octubre van a acoger el próximo Mundial y todas las miradas van a estar fijadas en ellos. La mejor piedra de toque la van a tener a partir de hoy en el Seis Naciones , la cita anual que enfrenta al sexteto de lujo del Viejo Continente.
A pesar de ser el equipo más laureado de la competición (la más antigua de cualquier especialidad por equipos, pues se remonta a 1883), en los últimos tiempos tampoco han brillado especialmente (han ganado solo 4 títulos en los últimos 15 años). Y a los de Stuart Lancaster ya no les valen las eternas excusas de la renovación o las lesiones, aunque en esta ocasión hayan perdido a cinco jugadores clave, con especial mención de Owen Farrell. Esta tarde en Cardiff (20 horas, Canal+ Deportes) debutan ante Gales y no tienen margen para la derrota.
De la mano de Mike Brown, mejor jugador del torneo de 2014, y de su poderosa delantera, el XV de la Rosa se mide a unos galeses que son una completa incógnita. Después de maravillar con sus títulos de 2012 y 2013, la campaña pasada no dieron una a derechas y fracasaron estrepitosamente. A su favor hay que decir que George North y Warren Garland están en gran forma y deben ser el revulsivo de los rojos para volver a los puestos cimeros. Tienen un calendario duro, pero en un torneo exprés como éste, que se disputa en solo mes y medio, las sensaciones puntuales son muchas veces las que deciden.
La primera jornada se completará mañana con la visita de Irlanda a Italia y la de Escocia a Francia. En Roma los vigente campeones deberán empezar su nueva vida sin Brian O’Driscoll, retirado, y con la ausencia de Johnnie Sexton, de baja en los dos primeros choques.
Francia y Escocia, a sufrir
Mientras, en París, habrá dos equipos luchando a cara de perro por salir del pozo en el que están sumidos. Los locales afrontan su enésima renovación (han utilizado casi sesenta jugadores en tres años y siguen sin funcionar) y al seleccionador Philippe Saint-André se le está acabando el crédito. De cualquier manera, los «bleus» se crecen ante su público y seguro que «el Guepardo» Fofana y su tropa de extranjeros van a darlo todo por volver a lo más alto.
Esa tarea, de momento, parece inalcanzable para Escocia. A pesar de contar con un nuevo técnico, Vern Cotter, su objetivo real ha de ser eludir la cuchara de madera, el dudoso galardón que se lleva el último clasificado.
Ahora bien, lo que está claro es que gane quien gane las pintas de cerveza correrán por barriles para no perder la auténtica tradición de este deporte: «el tercer tiempo», ese momento de celebración conjunta en el que la deportividad impera por encima de los resultados.
Noticias relacionadas