Super Bowl

Tom Brady, una leyenda sin fecha de caducidad

Muchos dudaban de su rendimiento con 37 años, pero ha agrandado su leyenda al ganar con los Patriots su cuarto título

Tom Brady, una leyenda sin fecha de caducidad efe

Javier Ansorena

Tom Brady no fue el héroe de la noche. Ese honor se lo quedó Malcolm Butler, defensor de su equipo, los New England Patriots , que interceptó un pase del «quarterback» contrario sobre la línea de gol, a 20 segundos de que acabara la Super Bowl , la final de la liga fútbol americano (NFL). Todo apuntaba a que los Seahawks conseguirían un «touchdown» en esa jugada, pero en lugar de optar por una carrera de su poderoso «running back», Marshawn Lynch, apostaron a un pase corto. Butler lo impidió y entregó a su equipo la victoria, y la gloria eterna para Brady, que con su cuarta Super Bowl, ingresó en el olimpo de los mejores «quarterbacks» de la historia.

Brady fue, sin embargo, fundamental para la victoria de los Patriots. Fue elegido, con justicia, mejor jugador de la Super Bowl, tras firmar una actuación muy consistente. Conectó 37 pases de 50 intentos -récord para una final-, ejecutó cuatro pases de ‘touchdown’ y solo fue placado una vez. Brady fue sólido, eficaz y guió a su equipo a una remontada cuando perdía por diez puntos a solo doce minutos del final del partido.

El cuarto campeonato para Brady es la guinda en la carrera del chico ideal: guapo, educado, sin las estridencias a las que acostumbran algunos de sus colegas, casado con una supermodelo -ser la pareja de la brasileña Giselle Bundchen es por lo que más se le conoce fuera de EE.UU.- y padre de dos hijos.

Los números dicen que está entre los mejores «quarterback» de la historia, y no falta sustento para colocarlo como el mejor. Brady iguala a Terry Bradshaw y a Joe Montana -el que fuera su ídolo de siempre- en número de campeonatos. Pero es el jugador en su posición que más Super Bowls ha jugado -seis-, tiene el mejor porcentaje de partidos ganados para un «quarterback» en la fase de «playoffs» y, además, rompió el récord que tenía Montana de pases de «touchdown» en partidos de Super Bowl. «Es difícil decir quién es el mejor», decía Montana antes del partido. «Hay una categoría para los mejores jugadores de todos los tiempos, y él sin duda está en ella». «Nunca pienso en esas cosas», se limitó a decir Brady después del partido.

Seguir ganando

Quizá su preocupación es seguir ganando, su máxima motivación en una carrera extensa de quince temporadas, todas con los Patriots. Un hipotético quinto campeonato, por el que luchará el año que viene, acabaría con todos los debates. Había dudas sobre las limitaciones físicas por su edad, sobre su capacidad de seguir recibiendo impactos de los defensores enemigos. Tras la actuación del domingo, que consiga la quinta Super Bowl no parece imposible.

A pesar de tantos éxitos, su carrera no ha sido un camino de rosas. Nadie apostaba mucho por él cuando fue elegido en la sexta ronda del «draft», en el número 199, por el equipo de Boston. Sus primeros años en la Universidad de Wisconsin fueron grises y no contaba para el equipo. En los dos últimos años consiguió agarrar el puesto de titular y tuvo grandes actuaciones, pero no despertó gran entusiasmo entre los ojeadores de la NFL. El entonces entrenador de «quarterbacks» de los Patriots, Dick Rehbein, fue uno de los pocos que apostó por él. No se equivocó.

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