DOPAJE

El número de tramposos no decrece en el deporte español

El endurecimiento de las medidas no frena la lacra en los últimos dos años: el 0,8 % de los atletas dio positivo

El número de tramposos no decrece en el deporte español REUTERS

josé carlos carabias

Una cifra sonroja al deporte español como si fuese una fatigosa condena, gota malaya lenta e inexorable. El 0,8 por ciento. En ese baremo se ubican los tramposos que han sido retratados en los controles antidopaje. El 0,8 por ciento de los atletas españoles dieron positivo en las muestras fisiológicas analizadas durante 2013 y el mismo porcentaje salió a la luz durante el transcurso de 2012. España se ha sacudido el sambenito de paraíso del dopaje , aquel punto del planeta donde los defraudadores acudían para saltarse todas las barreras, pero el ladrón sigue caminando por delante de la policía. Los 3.761 controles antidopaje efectuados en 2013 arrojaron 29 positivos. Y los 5.402 de 2012 depositaron 46 casos adversos sobre la mesa. En ambos periodos de tiempo coincide el guarismo, 0,8 por ciento.

Las estadísticas en poder del antidopaje español (la Agencia Española de Protección de la Salud en el deporte –AEPSAD–) indican que el número de pruebas analizadas en 2013 (las referidas 3.761) supone 1,1 análisis por cada 1.000 atletas federados en España. La mayor parte de las muestras (2.712) fueron efectuadas durante el desarrollo de una competición. El 72 por ciento, en hombres, y el 28 por ciento, en mujeres.

En las 29 analíticas positivas se detectaron sustancias prohibidas que no habían sido justificadas por autorizaciones previas para el uso terapéutico. En España se reparten muchos permisos en esta materia, según consta en la documentación a la que ha tenido acceso ABC. Durante 2013 se otorgaron 1.388 permisos para uso terapéutico de productos prohibidos. De ellas, 1.129 (un 81,3 por ciento) corresponden a hombres y 259 (un 18,7), a mujeres. Los análisis positivos se produjeron durante alguna competición  (28) y solo uno en controles por sorpresa.

La estadística desmiente una leyenda urbana que ha crecido con los años. Esa que dice que al fútbol no lo controla nadie. En contra de la opinión generalizada, el fútbol pasó más controles que ningún otro deporte en 2013 (1.197) y en 2012 (934). Lo hizo por delante de los clásicos atletismo (566 y 389) y ciclismo (429 y 273).

El tipo de dopaje que se utiliza en España se relaciona con los estimulantes, los péptidos y los broncodilatadores. Son los más usados en la práctica deportiva. Los beta-2 agonistas son los productos prohibidos con mayor presencia (20,7 por ciento en 2013). Son drogas que relajan los músculos, abren las vías respiratorias y mitigan el asma. Los esteroides anabolizantes no han perdido caché en el deporte español. Se detectó en un 10,3 por ciento de atletas. Y crecen sobremanera las hormonas peptídicas, los factores de crecimiento y sustancias afines: EPO, hormona del crecimiento, insulina, factor de crecimiento IGP-1 o las gonadotrofinas. No hay constancia en el informe de ningún positivo por transfusión de sangre o manipulación sanguínea durante los últimas dos temporadas.

En todo el mundo se produjeron 3.529 positivos en 269.878 análisis antidopaje durante 2013. Y 3.190 en 267.645 durante 2012. La media procura un porcentaje de 1,3 resultados adversos por cada cien realizados. España aporta su cuota, mínima pero significativa, a esta lacra: el 0,01 del total mundial.

El número de tramposos no decrece en el deporte español

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