Las Ventas: la decadencia de la primera plaza de toros del mundo
La afición critica el «lamentable estado de abandono» de Las Ventas, con elementos muy deteriorados, grietas, humedades y ausencia de limpieza
Luis Miguel Torres: «Confiamos en que la reforma integral esté concluida a finales de 2024»

Los excrementos de las palomas adornan cada rincón de Las Ventas. Cagadas y cagadas de pájaros que Piero Manzoni hubiese convertido en arte chorrean sobre las paredes descascaradas. En el suelo los cartones se reparten junto a columnas y ventanales, como si fuesen el ... retrete de las ratas voladoras. En los otros baños, los del aficionado de a pie, las sillas del personal de limpieza permanecen en la puerta con su tomo de polvo. Si se alza la mirada, las grietas de techos y paredes hacen temblar las entrañas, colmadas de humedades. La imagen es desoladora, en un estado «lamentable», tal y como denunció la principal agrupación taurina de Madrid, la Asociación el Toro. «Esta plaza es una ruina», expresaron el último día de San Isidro, con la esperanza de que en la Feria de Otoño hubiera alguna mejora. «Nada. Toda la temporada ha seguido igual, más deteriorada, más abandonada y con más suciedad acumulada. Hemos protestado, sin recibir respuesta», explica su presidente, Roberto García Yuste, que cada tarde ocupa su localidad del 7. Más arriba, en la grada, y más arriba todavía, en la andanada, las barandillas –las de sol y las de sombra– son «las del Titanic», como dicho quedó por la afición en el VAR del tendido.

Entristece ver tanto desperfecto en 'La Moncloa del toreo' nada más pisar su solado, con baldosas hechas trizas en escalones y terrazas. Los sumideros, colmados de agujeros. Los 'guardavivos', muertos y sin reponer. El lijado, pintado y barnizado no se conocen desde hace años. Ni con bótox rejuvenecería la cara de más de un burladero, desde el de los areneros al de los políticos. ¿Qué pensará el abonado que pagó 145 euros por una barrera mientras la madera gris 'descascarillada' se prendía en su camisa festiva de la Hispanidad? Vicente, del balconcillo del 2, pedía un repaso. Otros proponían traer una regadera para que la hierba que nadie desbroza creciera aún más lozana. En cambio, la hilera de maceteros sigue completamente vacía.

Al palco 0 se le ha caído el número, como a varias localidades del 10. En el Cuarto Tercio, en los bajos del 9, el mural empieza a resentirse. Quebrado y con una valla roja de plástico anda el balcón de la terraza más polémica. Los focos del alumbrado parecen sacados del desierto de Tabernas después del galope de Indiana Jones a lomos de Huracán. Polvo y más polvo. La tapa de la tubería de arriba sigue ausente. Mientras descendemos peldaños, trepa una montaña de libros peor colocados que un trastero de estudiantes. Ya en el tendido, algunos caños andan saturados por las cáscaras de pipas. El chirrido del portón de cuadrillas, sin engrasar, se asemeja al de las mazmorras. Y la Puerta Grande –¡no cualquier puerta!– enseña a los turistas su lado demacrado. Su techo, el más retratado del toreo, es espejo del paso del tiempo sin cura. Tan bello y tan ajado... Como los patios de cuadrillas y arrastre, con ladrillos que necesitan ser reparados.

Muchos cubos de basura y poca limpieza. Como en los azulejos que cuelgan en el 1. Bajo el «estoicismo» de Litri y el «duende» de Curro, solo falta que pase el camión de cuadros verdes. Porque si el algodón no engaña, los pantalones tampoco. Muchos restos en una época en la que algunos espectadores no asisten al rito sino al botellón. La discoteca ha suscitado la división: desde los que aplauden que sea un reclamo más para la juventud –bienvenida sea– a los que consideran que se profana la catedral con el 'lailo-lailo' y las copas volando por los pasillos incluso en tardes de cornada. En ese túnel de azulejos blancos que conduce al hule, nada más acceder, asoman dos enormes grietas. Como aquellas que mostraban los libros de EGB de la falla en la corteza terrestre. Precisamente, la enfermería tendrá que ser remodelada por la empresa, Plaza 1, como estipulaba el pliego de adjudicación.

Son muchas las críticas que se han vertido en las redes sociales contra la Monumental 'Pacha'. Pero no todos los jóvenes se acercan a la plaza por el rito del agua con misterio. Los hay con verdadera afición al misterio del toro. «Está bien lo de querer atraer a los jóvenes, pero eso es una cosa y otra permitir el acceso con una botella de ginebra (unos letreros indican que está prohibido)», señala el presidente de la Asociación Juvenil Taurina de España, Ignacio Borondo. Desde su grada del 6 denuncia «la decadencia: los techos fatal, las paredes despintadas... Desperfectos muy exagerados, impropios de una plaza que acoge un espectáculo cultural».

Lo cierto es que la obra de Las Ventas va camino de durar más que la del Escorial. Ni con el anterior Ejecutivo ni con este se llevó a cabo esa gran reforma que ya nunca será, una vez que la Comunidad de Madrid renunciara a que se convirtiera en un espacio multiusos. Los argumentos: la apuesta total como espacio taurino y la complejidad para acometerla al ser un edificio BIC. «Las Ventas debe ser un ejemplo para el resto del orbe taurino y esto no solo debe centrarse en lo que ocurre en el ruedo, sino que la infraestructura debe estar acorde a la categoría que ostenta la plaza», escribieron en una carta los integrantes de la Asociación el Toro a Isabel Díaz Ayuso, muy coreada cada vez que ha asistido a la Monumental por su defensa de la Fiesta, aunque sin faltar las pancartas y mensajes donde se mostraba «la gran preocupación» del aficionado por el «desastroso» estado del primer coso del mundo.
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Ahora, superadas las complejidades para tocar cualquier aspecto de un edificio por el que vela Patrimonio, la Comunidad de Madrid se pone por fin manos a la obra para remodelarla. El 'Titanic del toreo' no se hunde.
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