Juan Ortega: «Era una tarde especial para mí y así he podido torear»

Sin palabras . Con el alma rota, como su cintura y sus muñecas. Así estaba el trianero Juan Ortega tras su antología capotera . Reconoció haber vuelto a disfrutar a la verónica, como ya ocurriera el pasado domingo, aunque matizaba que « hoy (ayer) ha sido mucho más despacio . He podido llegarle con los vuelos más adelante. Era una tarde especial para mí y de esa misma manera he podido torear ».

Aquella primera faena se la había brindado a su mentor, Pepe Luis Vargas . El diestro astigitano confesó qué le había dicho durante el brindis: « Maestro, no hay palabras que expresen lo que yo le quiero decir ». Tras aquel monumento al toreo a la verónica, y la artística labor muletera, Vargas se lamentó del fallo con la espada, aunque puntualizó que «lo hecho, hecho está. Ahí queda cómo ha toreado ».

Morante de la Puebla se encontró con un lote que le ofreció muy pocas oportunidades. Tras terminar con el tercero de la tarde, el cigarrero lamentó que « el toro se ha venido muy abajo . Le ha faltado transmisión y acometida. No se podía hacer más ». Sí que mostró su ilusión con el cariño con el que lo ha recibido el público de la Maestranza: « Están esperando a que un toro embista de verdad ». Y aprovechó para lamentar el estado del piso plaza: « El ruedo está muy mal y resbala muchísimo ». Y tras volver a estrellarse ante un muro con el sexto, señaló que « cuando no puede ser, no puede ser. Y además es imposible . Es una desilusión muy grande. La corrida era demasiado grande y estaba atacada de kilos . Todo ha sido un despropósito. Me preocupa el público, que viene con ilusión y se va sin ver nada».

Por su parte, el ganadero Juan Pedro Domecq Morenés expresó que «ha habido dos toros interesantes y un tercio de capote excepcional. Uno quiere que embistan los seis, pero ha habido dos que han embestido . Yo me exijo más. Espero que para la siguiente corrida, al menos, embistan cuatro toros».