Toros en Sevilla. Feria de Abril 2022
Manuel Escribano no es ningún héroe
La hazaña del torero de Gerena comenzó mucho antes de esta encerrona: su mayor mérito es no haber tirado jamás la toalla
Héroe era el Manuel Escribano que no desistía en su empeño de ser gente en el mundo del toro; el que tenía que exiliarse a Venezuela para ponerse el chispeante; el hijo treintañero que seguía viviendo con sus padres, a los que pedía dinero para no caer en la tentación de hacerse banderillero; el matador que hacía cuatro tentaderos al año (La Calera, Albaserrada, Juan Arenas y Soto de la Fuente); el torero proscrito al que rescató Manolo Campuzano , brindándole una exhaustiva preparación campera y su regreso, un lustro después, a los ruedos españoles en pueblos como Antequera y La Granja de San Ildefonso ; el proyecto de figura al que se sumaron Roberto Piles y Fernández Meca para abrirle el camino y el foco francés; el amigo del periodista Emilio Parejo , quien tanto presionó a su íntimo Eduardo Canorea para que le diera una oportunidad; el sustituto del maestro herido que debutó en la Maestranza con un vestido casi descolorido , único que colgaba de su armario; el diestro prácticamente desconocido que resucitó con 'Datilero' , al que lidió como si tuviera marcado el hierro de juampedro y con el que parecía llevar cien corridas sobre sus espaldas; el maestro al que uno de Flor de Jara le partió el abdomen en Sotillo de la Adrada y uno de Adolfo Martín casi lo desangra en Alicante .
Por todas esas peripecias y dramas profesionales contaba con mi reconocimiento. Y con el de todos. Ni he conocido un profesional que lo cuestione ni existe vecino de Gerena que lo despelleje . Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Pero hace unos meses que dejé de considerarlo un héroe. Desde que se ofreció, por su riesgo y cuenta, a Ramón Valencia para encerrarse con seis de Miura lo considero un superhéroe . Por su aguante para transmitirnos tranquilidad durante las vísperas y por la hombría con la que ha lidiado con la corrida. Su éxito jamás podrá ser medido en orejas . Nada hubiera cambiado en mí si ese semidiós hubiese salido con un esportón cargado de despojos o si hubiera corrido más que la jaca de La Algaba. Si era honesto cuando no era nadie, más lo fue cuando alcanzó la gloria torera. Y con esa misma honestidad ha realizado la mayor hazaña de la Feria. Aunque él no lo haya hecho, la afición merece saber que no puso ninguna exigencia para afrontar esta gesta . Es más, aún no sabe el dinero que va a ganar por la corrida. Tanto él como su apoderado plantearon a la empresa recibir unos emolumentos en función a lo recaudado en la taquilla .
Con este superhéroe terminamos una gran Feria. Muy positiva en el apartado numérico y artístico , y preocupante en su aspecto identitario. Hay pruebas fehacientes de que Sevilla ha perdido su tipo de toro, la categoría de gran parte de su afición y el criterio ecuánime del palco presidencial. Si le quitan el escenario, por momentos podría parecer cualquier otra plaza de España . Aprovecho para agradecerles a ustedes, queridísimos lectores, su comprensión y respeto durante estas trece contracrónicas. Y por su puesto, a mi periódico, el ABC de Sevilla, por su compromiso con la libertad y por su apuesta inquebrantable con el toreo . ¡Qué honor aparecer en las mismas páginas en las que han escrito los mejores cronistas de la historia!
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