Toros en Sevilla. Feria de Abril 2022
Un espectáculo circense y dañino
El excéntrico estilo de Antonio Ferrera no es disruptivo, sino deshonroso; su brindis a Joaquín Sánchez fue la profanación del mayor templo del toreo
Cada teclazo me está acalambrando . Son descargas que zarandean mi corazón. Pero si esto no lo hiciera, no sería yo. Me duele tener que escribirlo. Yo, que respeto y admiro al torero como el último héroe de mi generación . Yo, que sublimo este espectáculo como el gran rito litúrgico del mundo pagano . Y también yo, que hoy he visto profanar la santa ceremonia del toreo. El Antonio Ferrera que me hacía presentarle armas se ha diluido con su amalgama de dislates. El maestro que hoy podría haberse erigido mandamás de la Feria ante un superlativo animal se ha propuesto dejarnos en el recuerdo varias de las escenas más dantescas de cuantas hemos podido presenciar . La obra de Ferrera ante 'Pobrecito' ahondó sobre la podredumbre. No la recodaremos por sus verónicas iniciales, sus acompasados naturales y su excelso espadazo. La rememoraremos por su espantoso capote azul , su reincidente capricho de colocar al toro próximo al Alcázar en un tedioso tercio de varas, el desvarío de sacar al ruedo a Joaquín Sánchez (futbolista), sus idas y venidas con la muleta sobre su hombro a modo de El Zorro , la estrafalaria ejecución de la suerte suprema, la oreja entregada por el puntillero porque no quiso esperar a la alguacililla y una segunda vuelta al ruedo que dio por la jeta. Y meneando el espantoso capote a modo de mantoncillo de flamenca , que lo hacía todo aún peor. Qué penoso todo .
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Pero lo que más me ha herido ha sido el bochornoso brindis . Joaquín Sánchez empieza a convertirse en el laurel de todos los guisos . La gracieta y el compadreo empiezan a cansar. « Salta, que tú eres torero. Te pago yo la multa », le decía el incitador. Mire usted, no, torero es Miguel Ángel Perera , derramando su sangre en ese albero y manteniéndose estoico sobre él. Joaquín Sánchez es futbolista , no torero. Si acaso, aficionado al toreo. Toreros eran Ramón Soto Vargas y Manolo Montoliú , que en esa misma arena dejaron sus vidas. El excéntrico estilo de Antonio Ferrera no es disruptivo, sino deshonroso . Y el vergonzante espectáculo que torero y futbolista han protagonizado no debería solucionarse con una multa económica: no son dignos de volver a pisar el bajo del sanctasanctórum del toreo .