Feria de Abril

Que la suerte te acompañe

Un Morante sin fortuna termina su cuarto paseíllo en el abono poniendo banderillas en un festejo en el que Talavante corta oreja

J.M. SERRANO

Lorena Muñoz

Parecía que no iba a llegar nunca pero era el cuarto y último paseíllo de Morante en el abono. Tercer lleno de no hay billetes después de los comentados tres cuartos del martes. «Hoy va a ser». Era el pensamiento de los optimistas. «Hoy viene vestido de torero», dijo otro cuando lo vio salir al ruedo enfundando en un terno carmesí Siete Palabras y oro. 

Era la segunda para Alejandro Talavante y para Núñez del Cuvillo tras el descalabro del Domingo Resurrección. Iba a ser el desquite del ganadero que, muy preocupado por el juego de sus toros en la apertura de la temporada, confesó a los micrófonos de la radio que había puesto a la corrida a perder peso en el campo. También era el último cartucho de Morante de la Puebla , sin demasiada fortuna en los sorteos las tres tardes anteriores.

Salió el primer toro. El viento no permitió hacer nada con el capote y le enganchó la muleta así que le sopló tres naturales magníficos . Cuando consiguió trenzar una serie el natural de verdad, Tejera reaccionó con «Suspiros de España», la música de las faenas importantes. Lo exprimió con la zurda. Temple, profundidad, cadencia. Quedaba la diestra, el molinete, el de pecho. Aguantó el toro, con sus teclas, que además se resistió a doblar tras la estocada trasera y tendida. Así que el presidente dijo que nada de oreja .

El público confiaba en que pudiera ser, igual que lo fue el año pasado, en su último toro, «Dudosito», colorao, de este mismo hierro. «Ropalimpia» era el que quedaba. Tres verónicas templadas antes de que le rajara el capote. Sonrió el torero. Luego un quite por chicuelinas, con garbo y gracia. ¡Y a poner banderillas! El cigarrero se atrevió por primera vez con los palos en la Maestranza . Se asomó al balcón en el primer par, luego un recorte a cuerpo limpio y el tercero al quiebro que puso a la plaza en pie. Como los banderilleros antiguos.

Parecía que iba a ser pero no fue. Todo el coso empujaba para que el sueño de Morante se hiciera realidad. Pero el de Cuvillo , como ya había apuntado en el quite por Chicuelo, huyó del engaño y se fue a chiqueros, buscando la querencia . Nadie podía creer, el primero el torero, que la suerte fuera esquiva. El astado, manso y que hasta cojeaba de una mano, llegó a los terrenos del 8 donde Morante dibujó un precioso ayudado y un cambio de mano. Nada más. El torero de La Puebla terminaba su temporada saludando una cariñosa ovación.

Ese cuarto toro de Morante fue un punto de inflexión en la tarde que había tenido un comienzo prometedor. Tras la petición no atendida, Alejandro Talavante , cortó un trofeo al brillar, como su elegante terno Quinta Angustia y oro, con una zurda de mucho nivel y  entrar a matar por derecho. Con el quinto estuvo responsable en una labor de largo metraje, aunque no pudo decir lo mismo que del buen segundo. Lo veremos de nuevo en San Miguel .

El verdadero afortunado de la tarde fue una vez más David Mora que se llevó a «Novelero», el mejor del encierro, y un sexto que sirvió antes de rajarse. De no fallar con la espada habría tocado pelo. La corrida hubiera cambiado mucho con otro orden de lidia y otro sorteo. Por eso, además de ser buen torero, también es importante que la suerte te acompañe .

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