Toros

Roca Rey, cogido mientras toreaba de rodillas; Morante, sin opciones

El francés Sebastián Castella salió en hombros tras cortar una oreja de cada uno de sus toros

El peruano Andrés Roca Rey fue prendido en dos ocasiones por el tercer toro de la tarde ABC

Jesús Bayort

No fue la mejor manera de homenajear a Pancho Fierro . La corrida goyesca, que veneraba la figura de aquel limeño que compartió las costumbres de los peruanos a través de sus acuarelas, fue un estrepitoso fracaso . Únicamente se escapó del fiasco Sebastián Castella , que abrió la puerta grande de la plaza de toros de Acho tras conseguir un trofeo de cada uno de sus toros. Este triunfo no consigue ocultar la triste realidad de la principal feria del Perú: no ha habido ningún digno encierro con el que los toreros puedan estar a la altura y el empresario justificar los precios de las entradas más caras del mundo taurino .

La segunda comparecencia del ídolo local, Andrés Roca Rey , volvió a ser una decepción por las altísimas expectativas que había puestas en el torero. Se estrelló contra el muro ganadero . Por más que lo intentaba Roca no conseguía sacar nada productivo. Su exceso de apuesta le hizo ser volteado mientas lidiaba a su primer toro de rodillas . Una peligrosa cogida de la que afortunadamente salió ileso.

Ajustada chicuelina del ídolo local ABC

El peruano comenzó su labor muleteril por alto, ganándole terrenos al toro hasta que pasada la segunda raya del tercio echó las dos rodillas en tierra y empezó a intercalar cambiados y redondos . En uno de esos pases por detrás llegó el susto. Posteriormente, Roca Rey mantuvo la emoción en una faena en la que expuso todo lo que le faltaba al toro. Varias veces le pasaron los pitones por las espinillas, hasta que volvió a ser prendido sin consecuencias. Los pinchazos silenciaron el conjunto de su actuación.

En sexto lugar se encontró ante un animal desfondado que únicamente le permitió un fervoroso recibo capotero . Tuvo que abreviar con la muleta, acabando de esta manera con la segunda de sus dos comparecencias limeñas, donde únicamente pudo cortar una oreja la vez pasada .

Morante de la Puebla, doblándose con el basto primero ABC

Abrió plaza Morante de la Puebla con un manso toro de La Viña que lo primero que hizo fue saltar de manera espectacular al callejón . Llegó a derribar dos caballos. Más bien fueron estos los que se afligieron cuando notaron el impacto. Poco le duró en la muleta al torero de La Puebla. Un toro que por su morfología era muy difícil que humillara. Idéntico resultado obtuvo con el cuarto de la tarde, que le duró el tiempo de ir a por la espada . El sevillano se llevó una bronca que debió compartir con el ganadero por el regalo que le había hecho.

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