Toros

Pansequito: «El cante se torea y el toreo se canta»

El torero Julio Aparicio y el cantaor repasaro los nexos entre el toreo y el cante flamenco en el mano a mano de Cajasol

Pansequito y Aparicio flanquean al presentador del acto R. DOBLADO

Lorena Muñoz

«Para hablar de toros, de toreros, de flamenco, de cantaores y en definitiva de arte». Julio Aparicio y José Cortés Jiménez «Pansequito» se subieron al escenario del teatro Cajasol en la edición número 43 de los mano a mano. El torero, de una marcada personalidad, y el cantaor, uno de los grandes del flamenco, desgranaron las vinculaciones de ambos mundos desvelando que les une una gran amistad.

Para Pansequito la relación entre el toro y el flamenco es muy fuerte. «Cuando uno está en el escenario y se mete la mano en el bolsillo... El cante se torea y el toreo se canta» y recordó la primera corrida en la que se cantó flamenco en Badajoz en 1988. «Camarón, José Mercé, Nano de Jerez y yo le cantamos a Curro Romero y a Paula. Por la noche los cantantes acabamos toreando y los toreros cantando», rememoró entre risas. Luego reconoció no ser «partidario de cantarle al torero cuando está toreando porque el toreo es para verlo, se puede cantar en un tentadero y sobre todo después de para mostrar lo que te ha inspirado la faena».

Para Aparicio «son dos artes donde se ponen sentimientos y donde se expresa lo que llevas dentro» dado que para el diestro «el toreo es un arte que ha inspirado a pintores, escultores, cantaores y el torero expresa eso que siente con verdad y pureza». Y recordó a su madre, Maleni Loreto que fue bailaora: «Cuando llegaba a casa la veía bailar con el toque de Paco de Lucía, el cante de Camarón, de Pansequito, La Bernarda de Utrera... Antes de empezar a pensar en torero lo que veía más cerca era el cante y el baile. Esa condición de artista la he heredado de mi madre. Ojalá hubiera tenido ritmo y compás pero no tengo ningún don para cantar ni para bailar».

 Pansequito que en su día fue cantaor de la madre de Aparicio, señaló que «sí que ha tenido ritmo para torear porque eso va en la sangre. Yo no tengo familia torera pero me gusta el arte. El arte no puede salir siempre tiene que estar guardadito para cuando haya que destaparlo» y añadió que «Julio tiene la suerte de cantar toreando y yo toreo cantando».

Ambos coincidieron en que «los gitanos tenemos algo distinto» y Julio recordó a su abuela Manuela, bailaora de Jerez, y habló de sus orígenes cuando iba de tentaderos con Pansequito y pasaba largas temporadas en El Puerto de Santa María. «Me siento gitano, eso no se elige, te lo da la sangre, me sale el gitano en mi toreo y en mi forma de ser».

 Y reivindicaron la necesidad de valorar el arte. «El arte es muy difícil y entenderlo todavía más», dijo Pansequito, «todos los días no se puede cantar bien» en lo que coincidió el torero. «Hay quien dice que el mejor torero es el que consigue triunfar más tardes pero también hay quien no entiende que haya toreros que prefieran no hacer cosas que no sienten».

También hubo tiempo para recordar el festejo matinal de 1989 en la Real Maestranza que propulsó al torero a entrar en corridas mixtas con Curro Romero y Rafael de Paula así como para visionar la faena de Madrid al toro de Alcurrucén que consagró al diestro en 1994. 

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