Ciclo de promoción

Oreja para Daniel de la Fuente, que logra un puesto en la final de la Maestranza

El jurado designa un festejo a cuatro con Rocío Romero, Manuel Diosleguarde y Francisco de Manuel

JUAN FLORES

Lorena Muñoz

Deseando conocer los nombres que pasarán a la final del próximo jueves, los novilleros estuvieron por encima de los novillos de Cayetano Muñoz. El único que tocó pelo fue Daniel de la Fuente que cortó una oreja que fue pedida con mucha fuerza después de mostrar mucho oficio. El alumno de la escuela de Sevilla estuvo seguro en el quite por gaoneras y en el recibo a la verónica y comenzó por doblones en el los medios para ahormar la vibrante embestida. Se templó con la diestra en una serie que comenzó con un farol y después al natural con ayudados cuando sopló el viento en una faena larga que entusiasmó a la parroquia que lo aclamó en la vuelta al ruedo.

A portagayola se fue Rodrigo Pipio a recibir al primero que tuvo una lidia desastrosa, con muchos capotazos y llegó a la muleta rebrincado y con las fuerzas justas, defendiéndose. Dispuesto, quiso hacer las cosas bien y despacio pero se lo echó a los lomos en dos ocasiones, la segunda, muy fea. La estocada cayó en mal sitio, tardó en caer y fue silenciado.

Alfonso Ortiz destacó a la verónica con el tercero, un novillo que no le dio tregua en la muleta pero El de la Fundación El Juli, demostró que está muy placeado. Se entregó en una labor por ambos pitones que no tuvo el eco que mereció en el tendido. Falló con la espada y fue ovacionado.

José Fernando Molina pechó con un astado que acabó rajado en la muleta pero el de la escuela de Albacete lo puso todo y recorrió el ruedo para intentar plantear faena. Mostró buenas maneras, bajó la mano con la zurda y estuvo por encima de las condiciones del novillo. Escuchó palmas pero no salió a saludar.

A portagayola se fue Alejandro Adame que replicó por chicuelinas y tafalleras al quite de frente por detrás que hizo Pasalacqua. Brindó a Morante para comenzar por alto una faena que tuvo varias fases. A veces templado y otras tirando de oficio con el de Cayetano, que no se entregó en ningún momento. La espada defectuosa dejó en silencio el juicio del público.

Cerró plaza Álvaro Passalacqua que también fue a chiqueros con otro novillo rajadete al que logró meter en el engaño y consiguió bellos pasajes con la muleta al demostrar personalidad y gusto en su toreo. Fue una pena que no rematara con los aceros.

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