TOROS
La espada empaña una brillante actuación de la terna en la última semifinal de las novilladas de promoción
Juan Márquez, Jesús Muñoz y Antonio Medina pasan a la final de triunfadores
La tercera de promoción fue la de mayor nivel del ciclo tanto por la terna de debutantes como por el ganado de Cayetano Muñoz , que colaboró en general con los novilleros. Hubo seis faenas interesantes en las que sonó la música pero que se empañaron de alguna u otra forma con la espada . Al no cortar trofeos, ninguno de ellos pasó a la final de triunfadores, que será el 28 de julio .
Rodrigo Molina demostró mucha solvencia en el manejo del capote y sobre todo de la muleta en su lote pero se fue de vacío. Al primero, que brindó a su tío el ganadero Federico Molina, le pudo cortar la oreja que el público pidió pero el presidente negó. Fue una faena que comenzó en los medios, tuvo buenos momentos al natural y, tras una voltereta, también en redondo.
Dispuesto a triunfar en el cuarto, estuvo variado con el capote, a la verónica a pies juntos y por delantales en la réplica del quite que hizo Salvador por gaoneras. Cuando cogió la franela consiguió llevar al astado, que echaba la cara arriba al final del muletazo, muy toreado. Abrochó por doblones pero emborronó con el verduguillo una buena actuación.
David Salvador mostró un toreo templado y de mucho gusto en el segundo en el que se llevó una fea voltereta cuando hacía el quite. Citó de frente, pulseó la embestida con una técnica propia de torero experimentado -no en vano ha toreado medio centenar de novilladas- pero no terminó de conectar con el público, que pidió el trofeo tímidamente.
Ocurrió algo similar en el recibo del quinto al que dejó dos buenas medias en el centro del anillo como remate. En los medios comenzó con la muleta tras brindar al respetable que ahora sí entró de lleno con el de la escuela de Salamanca porque toreó muy de verdad con la zurda, con la diestra y hasta se puso de rodillas. Una faena muy compacta que malogró con los aceros por la que acabó dando la vuelta al ruedo.
El Lauri recibió con garbo al tercero a la verónica con un remate con la media de rodillas. Se le vio decidido con el de Cayetano Muñoz, que no fue fácil, y sometió la complicada embestida toreando bien al natural. Se llevó una voltereta cuando más confiado estaba, sabiendo en cada momento qué hacer y continuó con la diestra, con un circular con el que se metió de nuevo en la faena. Dejó media en buen sitio pero el descabello le privó del triunfo.
Por faroles de rodillas saludó al sexto que brindó a El Cid antes de iniciar con el pase cambiado por la espalda. Entonado con la diestra, aprovechando la repetidora embestida de su oponente, mostró buenas cosas pero de nuevo la suerte suprema le arrebató lo que había ganado.