Toros
«El Melli», un sanluqueño que quiere ser torero
El novillero fue el triunfador del festejo sin picadores que se celebró en la Puebla del Río y que abrió la temporada taurina en Sevilla
Dicen que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Y posiblemente sea esa la sensación que muchos se llevaron cuando, camino del más absoluto desastre , apareció en escena un espigado novillero de Sanlúcar de Barrameda que rebosó ganas, ilusión e inteligencia.
Germán Vidal «El Melli» no necesitó que le acomodaran el burel de salida. Se puso de hinojos tal como lo vio salir. El variado recibo capotero fue lo más interesante que se había visto hasta el momento (habían pasado cinco novillos).
Con la muleta tiene un trazo largo y limpio. Virtudes que favorecieron al fino novillo de «El Liqui» , que fue a más, con un ritmo y una clase excepcionales . No alargó la faena ni anduvo por las ramas. Ejecutó la suerte suprema a la perfección , motivos suficientes para recibir las dos orejas y el rabo ; además de la vuelta al ruedo al becerro.
El sevillano Álvaro Alfonso poco pudo hacer con el novillo menos enclasado de la tarde. Su aspecto abecerrado iba en sintonía con la embestida descompuesta y aniñada. El incipiente torero sólo pudo demostrar su buen oficio para solventar las dificultades. Oreja.
El segundo sevillano de la tarde fue Manuel Olivero , que parece tener buen concepto del toreo, aunque s us intentos pintureros le distrajeron de la importancia que requería en el trasteo el animal. Los constantes enganchones no ayudaron a que el novillo rompiese para adalente. Cortó una oreja.
El jerezano « Peregrino » conectó con los tendidos con una faena eléctrica , condicionada por una fea voltereta. Dos orejas.
El momento menos afortunado llegó con Nabil « El Morito ». Novillero pamplonica , profundamente neófito , que dejó en evidencia al iluminado que lo recomendó para la ocasión. Oportunidad desaprovecha y usurpada a quien la mereciera.
El rejoneador Alexis Navarro, que entró por la vía de la sustitución, cerró plaza cortando las dos orejas y el rabo.
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