Novilladas sin caballos

Diosleguarde y Francisco de Manuel, candidatos a la final de promoción en Sevilla

Los novilleros cortan una oreja cada uno en el interesante encierro de La Quinta

Los seis jóvenes aspirantes en el patio de cuadrillas JUAN FLORES

Lorena Muñoz

El ciclo de promoción, que congregó a media plaza en el primer festejo, tuvo un interesante comienzo. Se lidió un variado encierro de La Quinta en el que  sirvieron tres novillos y  se cortaron dos orejas . La primera llegó en el cuarto y fue para Manuel Diosleguarde, uno de los más esperados de la noche, que inició con doblones en el tercio. El de Salamanca, con oficio, estuvo siempre bien colocado y pulseando la embestida logró meter a «Conejillo» en la muleta. Había estado muy resuelto con el capote y tras la estocada, la petición fue clamorosa para que el palco no tuviera dudas.

Otra oreja cortó Francisco de Manuel que desplegó el mejor toreo de la noche. Mostró un buen concepto con el cárdeno quinto al que toreó con gusto en naturales ayudados y en redondo. El de la escuela  de Colmenar Viejo aguantó con firmeza los parones a mitad del muletazo y demostró seguridad y solvencia.

Para empezar, El Rubio fue a chiqueros a recibir al primero que se paró antes de la larga cambiada pero no dejó de embestir con nobleza a la muleta. Se gustó por ambos pitones, se lució con la zurda y abrochó con doblones pero sus ansias de triunfo le hicieron alargar la faena. Falló con la espada y saludó.

José Manuel Vera sorteó un segundo que salió suelto de los capotes y al que banderilleó con voluntad. El de la escuela Sevilla-Amate estuvo dispuesto en la muleta, en algunos momentos desbordado por la prontitud del novillo y en otros más entonado, pero se atascó con la espada.

El francés Carlos Olsina se puso de rodillas en el centro del ruedo y citó de largo para meter las primeras embestidas en el engaño, que fueron largas, pero todo quedó ahí. Protestó y le enganchó la muleta además de darle una fea voltereta de la que se repuso. Estético y bien al natural, estuvo por encima de las complicaciones y saludó.

El mexicano Juan Pedro Llaguno cerró el cartel de la interesante noche manejando bien el capote pero su labor no pudo remontar. Apretó el de La Quinta y lo intentó el alumno de la escuela de Sevilla que se queda quieto y se coloca en rectitud. Habrá que verlo con otro material.

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