Toros

Diego Urdiales: «Lo de Pablo Aguado no me cogió por sorpresa, lo venía viendo desde novillero»

El riojano está pasando el puente de diciembre en Sevilla, donde está realizando varios tentaderos por su provincia

Diego Urdiales posa para ABC de Sevilla, tras un tentadero en la ganadería de Soto de la Fuente Foto y vídeo: Jesús Bayort

Jesús Bayort

Un riojano que hace el toreo soñado por cualquier sevillano. Diego Urdiales (Arnedo, 1975) es posiblemente el mayor incomprendido del escalafón. Su forma de concebir la tauromaquia merece el mayor reconocimiento posible. Su teléfono no puede ser el vigésimo que suena cuando se confecciona una feria. Hay veces que ni suena. Por más trabas que le ponen él se empeña en seguir creciendo como torero, algo difícil de alcanzar por su excelencia.

Aprovechando el puente de diciembre, el torero ha viajado hasta Sevilla con su familia para realizar diversos tentaderos y encontrarse con amigos y aficionados que le han preparado varios homenajes. Se citó con ABC de Sevilla en la finca El Roque, de la ganadería de Soto de la Fuente. Una espectacular dehesa a las puertas de Sevilla, en el término municipal de Las Pajanosas. Su toreo cautivó a los asistentes a la tienta, quienes se saltaron el habitual riguroso silencio para ovacionarlo entre cada serie de muletazos.

¿Qué le trae a 800 kilómetros de su casa?

Venir a esta tierra es una maravilla, y más como está acompañándonos el tiempo estos días. Intento disfrutar del campo, seguir preparándome y mantener el contacto con los animales y el toreo de cara a la temporada que viene. Aprovecho para disfrutar del campo y de mis amigos que vienen a verme.

Al final, esos amigos y los aficionados tienen más fácil verle en un tentadero que, por ejemplo, en la Maestranza ¿Es usted un incomprendido?

Todos sabemos cómo funciona el toreo. Yo siempre mantendré mi ilusión. A la vista está que ha sido una temporada especialmente bonita. He disfrutado como nunca delante del toro. Con respecto a esta tierra, la tarde de Sevilla me permitió expresarme como torero y como considero que la gente esperaba.

Acaba de cumplir veinte años de alternativa, ¿ha merecido la pena?

Por supuesto. Cuando empezaba siendo un niño jamás imaginé que fuera a conseguir todo esto. He podido saborear el toreo en numerosas plazas de todo el mundo y he conseguido emocionar a la gente, ¿qué más puedo pedir?

A propósito de sus inicios, siempre ha nombrado que la persona que le marcó fue un torero sevillano llamado Rafael Guerrero, un desconocido para gran parte de la afición. Descríbamelo.

Él nació en Arahal y se vino con su familia a La Rioja para trabajar. Fue el primer profesor de la escuela taurina de mi pueblo, Arnedo. Gracias a Rafael me encontré mi actual concepto.

Hace poco vino a un homenaje a «Chicuelo». Precisamente, su hijo Rafael y sus nietos se reúnen ante el televisor cada vez que torea Urdiales.

Cuando empezaba y me hablaban de esos toreros tiraba de imágenes y vídeos para poder admirarlos. Ser capaz de conseguir emocionar y trasmitir el toreo con mi concepto a una familia así es algo difícil de explicar con palabras. He tenido la suerte de llegar a toreros como la familia «Chicuelo» o el maestro Curro, con el que me entraban temblores de niño cuando lo veía a veinte metros.

Un cartel de la historia soñado.

Siempre se me vienen a la mente toreros como Curro Romero, el Viti, Pepín Martín Vázquez, Chicuelo o Rafael Ortega.

¿Cuál era el torero en el que más se fijaba de niño?

En muchos. Mi maestro Rafael me transmitió la admiración por Curro Romero y Rafael de Paula. Me hablaba mucho de ellos. Pero imitar es imposible. Uno puede intentar hacer cosas de otros, pero así no vas a emocionar a nadie. Hay un algo interior que debe ser tuyo: tu forma de sentir y tu personalidad, que es lo que hace emocionar a la gente.

¿Qué opina de la revolución que se ha formado con Pablo Aguado?

La verdad que a mí no me ha sorprendido. No soy el más listo del mundo, pero ya de novillero me transmitía algo especial. Ahora hay que tener paciencia, que se haga y que tenga mucha suerte para que podamos disfrutar mucho de él.

Un propósito para 2020.

Torear cada día mejor y ser mejor torero que el día de ayer.

Lo va a tener difícil...

Conseguir todo y mejorar es difícil, pero siempre es posible.

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