Curro Romero: «La tarde de los seis toros de Urquijo fue definitiva para consagrarme en Sevilla»
Este jueves se cumplen 50 años de la corrida de la Cruz Roja de 1966, en la que el Faraón cortó ocho orejas y salió por la Puerta del Príncipe. Ese día nació el currismo
Es lo que digo siempre, que la vida es un visto y no visto. Han pasado cincuenta años y parece que fue ayer. Todo vino porque en la Feria de Abril de aquel año toreé tres corridas y no pasó nada. José Ignacio Sánchez Mejías , que me llevaba las cosas en esa época, me dijo «Vas a torear seis toros en Sevilla». Me dio una alegría tremenda. La gesta era muy seria pero me pregunté ¿de los seis no me va embestir un par de ellos? Y tuve la suerte de que me embistieron todos».
Fue un jueves 19 de mayo de 1966, día de la Ascensión, que entonces era festivo, y un festejo en el que Curro Romer o estoqueaba seis toros de Carlos Urquijo a beneficio de la Cruz Roja. Hoy se cumple medio siglo de aquel día en el que el Faraón de Camas escribió una página gloriosa de la historia del toreo. Cortó ocho orejas -una marca que no ha sido superada desde entonces- y abrió la Puerta del Príncipe por segunda vez de las cinco logradas en su dilatada trayectoria. «Era la primera vez que mataba seis toros, había que estar muy preparado. Me podían salir toros difíciles y con la tensión las facultades te pueden menguar muchísimo. Tuve suerte y a los seis les hice algo», recuerda mientras esboza una sonrisa.
![Contraluz del 'Faraón de Camas' durante su entrevista con ABC](https://s2.abcstatics.com/media/cultura/2016/05/19/s/curro-romero-entrevista1--510x286.jpg)
El valor de los trofeos y sus mejores recuerdos
Nunca fue un torero al que le importaran los trofeos. Al sexto de Urquijo, «Pesador», le cortó dos orejas aunque le pidieron el rabo, algo a lo que no le da importancia. «En aquella época el boca a boca era más importante, que dijeran que había salido un chaval nuevo e iba la gente corriendo a verlo. Las orejas no sé cómo calificarlas. Ha habido toreros en Sevilla como Pepín Martín Vázquez, Chicuelo o Pepe Luis que han pinchado los toros y luego las palmas hacían humo, con el público de pie en la vuelta al ruedo… Hoy se dan orejas y las vueltas son frías. O ni siquiera se pide que las den». Es consciente de la importancia de sus cinco Puertas del Príncipe en Sevilla y las siete Puertas Grandes en Madrid pero recuerda más otros momentos de su carrera. «Después de tres o cuatro años de matador, los aficionados antiguos me decían que todavía no había toreado como lo hice de novillero». Menciona a un toro de Camacho en la Feria de San Miguel de 1964. «Lo pinché varias veces y me dieron una oreja». O su presentación en Lisboa donde dio cinco vueltas al ruedo y «querían más». Como en el año 1999 en la Maestranza, cuando le cortó las dos orejas a un Juan Pedro con un recibo inolvidable a la verónica hasta los medios. «No sé cuántas fueron pero me parecieron pocas, tenía muchas ganas de paladear aquello y dárselo a la gente».