Toros en Utrera

La corrida de ‘El Torero’ es la que debió lidiarse en Morón de la Frontera

El bravo encierro de Lola Domecq fue una gran oportunidad para los sevillanos Rafa Serna, Alfonso Cadaval y Ángel Jiménez

Rafa Serna consiguió las faenas más compactas de la tarde Salvador López Medina

Jesús Bayort

Poco más de una decena de corridas de toros sumaban en total los sevillanos Rafa Serna, Alfonso Cadaval y Ángel Jiménez . Escaso bagaje para desarrollarse como toreros. Acrecentada la carencia sobre los dos últimos diestros, quienes no se vestían de luces desde 2019 . Y comprometidos con una corrida que resultó tan buena como brava : encierro excelentemente presentado, con cuajo y clase en sus hechuras, que bien podría haberse lidiado el día anterior en Morón . La prueba del algodón ante las cámaras de Canal Sur . Una tarde de las que tanto pueden dar como quitar.

Y se la acabó llevando el de mayor oficio: un solvente Rafa Serna . Su primero rápidamente cantó la virtuosa condición . Se desplazaba franco y con calidad desde los primeros lances. Serna optó por recogerlo y sobarlo , sacrificando un posible lucimiento a la verónica. ‘ Calumniado ’ embistió fuerte al bretón y le acabó ganado la batalla. Pedro Muñoz fue derribado , pese a haber aguantado con gallardía el encuentro. Continuó el de la Cuesta del Rosario con un entonado quite en el que intercalaba chicuelinas con tijerillas. Fue fundamental el inicio con la franela, enseñándole los caminos, para terminar realizando una compacta faena sustentada en el temple . Hubiese ido a mayores en los medios del platillo, aunque las fuertes rachas de viento que acompañaron toda la tarde no invitaban a ello.

Un extraordinario par de banderillas de Antonio Chacón fue clave para introducir al público en la faena del cuarto toro. No se arrugó el de Santiponce , pese a que se lo habían colocado muy cerrado en tablas. Esa euforia en los tendidos fue empujando a Serna en una labor que fue creciendo conforme él se iba confiando . Las miradas y las pruebas del animal se continuaban. Y entremedias llegaron naturales largos y poderosos . Con éste dejó la mejor estocada de la tarde .

Era la segunda corrida de toros de la carrera de Ángel Jiménez , quien no se vestía de luces desde su alternativa en la Feria de San Miguel de 2019. Durante estos dos cursos en blanco los comentarios favorables sobre su artístico concepto del toreo se sucedían. Había interés en comprobarlo y el astigitano quiso corresponderlos. Se mostró pinturero durante su recibo capotero, entonándose especialmente en dos medias verónicas sentidas y arrebujadas . La falta de experiencia le llevó a pedir un segundo puyazo que sólo favoreció al varilarguero Javier Ortiz , quien se lució. El toro había mostrado su buena condición y ese segundo encontronazo sólo conseguiría que se acobardase. Con la muleta mostró un estilo compungido y por momentos barroco . El animal se vino a menos y no le permitió dejar la muleta puesta para que repitiera una sola vez. La oreja concedida reconoció su voluntad por realizar su trasteo con sentimiento . Otro buen animal tuvo en sexto turno, con el que pudo correr con buenas maneras el brazo, aunque algún enganchón y desarme diluyera la intensidad de la obra. Anteriormente había destacado José Chacón con dos pares de rehiletes de exposición y poder .

Dos toros muy distintos tuvo Cadaval . Tanto el alegre y colaborador segundo como el exigente y bravo quinto le permitieron mostrar todo su repertorio. Aunque estuvo voluntarioso, la falta de oficio fue notoria y no consiguió el acople esperado para una oportunidad de tal magnitud.

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