Toros en Sevilla

Ángel Jiménez, buen concepto y oreja a un gran novillo de El Parralejo

El de Écija, que se despedía como novillero, destaca en un buen encierro en Sevilla

Ángel Jímenez, novillada de abono en la Real Maestranza de Sevilla J.M.Serrano

Lorena Muñoz

Una semana después de la corrida de Miura la Maestranza volvía a abrir sus puertas para la primera de las novilladas del abono. La tarde de viento logró reunir a media plaza con un público más exigente y entendido que el de farolillos. Así se entiende que aplaudieran a los novillos del variado encierro de El Parralejo en el arrastre . El único que consiguió tocar pelo fue el representante sevillano que abría cartel.

Ángel Jiménez , que se despedía como novillero de la plaza donde tomará la alternativa el 29 de septiembre, cortó una oreja al cuarto al que saludó con gusto a la verónica aunque salió suelto de los capotes pero llegó a la muleta con nobleza, clase, recorrido y transmisión. Molestó mucho el viento y Jiménez se mantuvo firme confiando en que iría a más . Así fue. Logró acoplarse en muletazos muy entonados y la serie final por naturales convenció de forma definitiva al tendido.

Estuvo cerca de cortársela al que abrió plaza, que quedó mermado en una voltereta , de no ser por la espada. Aprovechó las virtudes del novillo al que toreó con verticalidad y temple con la diestra en varias series que hicieron sonar la música. No importó el desarme ya que siguió bajando la mano , se gustó al natural sin ligar y mostró muy buen concepto.

Francisco de Manuel volvía a Sevilla después de presentarse sin suert e en el festejo de triunfadores de San Miguel donde compartió cartel con Ángel Jiménez . Estuvo dispuesto pero no tuvo muchas opciones y se fue de nuevo de vacío. Encontró un precioso segundo con el que se lució con el capote pero que pedía distancia y dominio porque echaba la cara arriba e iba con un punto de genio. El aire molestó al principio de la faena y aunque intentó solucionar las condiciones del astado el resultado fueron muletazos enganchados que deslucieron mucho su labor. El quinto bajó el tono de calidad del encierro. Manseó y embistió con sosería de manera que su labor no dijo nada. Lo mejor fue la estocada.

Se presentaba Alejandro Mora en Sevilla y mostró buenas maneras con el capote, estuvo participativo en quites pero sin premio. En el tercero se templó en el recibo a la verónica y en el quite aunque con la muleta realizó una faena que alternó momentos de buen gusto y torería con otros en los que pecó de encimista con el novillo que tuvo buenas arrancadas al engaño. Dejó una media muy efectiva y saludó la ovación .

Con el que cerró plaza, que esperó en banderillas, volvió a estar dispuesto y vistoso con el capote. Brindó al público para comenzar por doblones muy toreros y seguir más allá del tercio. El de El Parralejo metió la cara en la muleta del sobrino de Juan Mora que, como antes, intercaló buenos momentos con otros menos acertados. Cuando caía la noche escuchó las palmas de despedida.

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