Toros
Andrés Roca Rey, «profeta en su tierra»
Un reportaje realizado al ídolo peruano en la cordillera de los Andes muestra su versión más humana
Es un ídolo en su tierra . Prácticamente lo es en todos los países con tradición taurina. Supo que para alcanzar la gloria debía sacrificar todas las comodidades que tenía con su familia en Perú y venir a España, donde aterrizó por primera vez cuando aún no había alcanzado ni la adolescencia.
Acaba de reaparecer en su Lima natal tras cuatro meses en el dique seco por una grave lesión. Cuando más notorio era el dolor, no rehusó en comparecer ante sus paisanos en Chota , en la cordillera de los Andes a dieciséis horas en coche de la capital.
Perú mantiene una dualidad taurina : la plaza por excelencia es Lima, donde una entrada puede alcanzar los 700 dólares y acude toda la masa social de la zona; Chota es el pueblo de la serranía, cuyos vecinos olvidan sus penurias cuando llega la festividad de San Juan .
Mucho antes de que el peruano fuese internacional, ya había un «Roca Rey» figura del toreo peruano : su hermano Fernando . Por aquel entonces, Andrés se tenía que conformar con ser «el Andi» . Pasada una década de aquello, los hermanos rivalizaron el pasado mes de junio en un mano a mano en la plaza de Chota para rendir tributo a sus raíces taurinas.
Los hoteles de la ciudad colgaron el lleno desde el primer día en que se anunció el cartel. Los restaurantes tuvieron que echar el cierre el día del festejo porque se les acabó la comida . Y por si fuera poco, las tiendas agotaron sus reservas de agua.
Aprovechando tal acontecimiento, la web peruana Paseíllo-Tauromaquia realizó un reportaje a la familia Roca Rey durante la celebración del mismo. Las imágenes hablan por sí solas: Andrés revolucionó sus calles hasta tal punto que le tuvieron que hacer entrega de las llaves de la ciudad .
Dicen que con Andrés se quiebra el dicho de que «nadie es profeta es su tierra»: « Es un profeta de carne y hueso que puedes tocar y abrazar ».
En 2010, siendo todavía un niño, irrumpió en la grabación de un reality show para darle una sorpresa a su primer ídolo taurino: su hermano Fernando. Fue ahí cuando demostró a sus compatriotas el desparpajo y la «valentía» que atesoraba. Al preguntarle la presentadora por cómo se encontraba el chico respondió ágil: « Contento de estar con una chica tan bonita ».
Sin lugar a dudas, este reportaje evidencia la calidad humana que atesora el joven diestro. Una educación que le ha servido para madurar demasiado deprisa y conseguir llegar a la cúspide de la tauromaquia .
