Morante y Roca, reyes de una temporada 2022 apasionante
El sevillano, autor de una campaña histórica con cien corridas, y el peruano, líder en los ruedos y en taquilla, son los nombres imprescindibles de un año 2022 en el que han acudido muchos jóvenes a las plazas
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Superada felizmente la pandemia, hemos vuelto a disfrutar en el 2022 de una temporada taurina completa y de gran emoción. Después del parón, se han evidenciado las ganas de los aficionados y la ilusión con que han vuelto a las plazas.
También se ha advertido, ... y es muy positiva, la presencia de muchos jóvenes. Eso también puede tener su lado menos bueno: como los que asisten a cualquier rito, los neófitos necesitan una formación adecuada, para que la ceremonia no degenere. En la plaza de los toros sevillana ya se advirtió ese riesgo y en Las Ventas llegó a aparecer una pancarta, también juvenil, pidiendo menos bebida y más educación. Una plaza no es un campo de fútbol ni una discoteca. En todo caso, bienvenidos sean estos nuevos públicos, tan necesarios para el futuro de la Fiesta.
Un solo dato: en San Isidro, a lo largo de un mes completo, ha habido corridas con excelentes entradas y muchos llenos: han acudido a Las Ventas más de medio millón de personas. Evidentemente, ningún espectáculo de masas, incluido el fútbol, resistiría esta prueba.
Artísticamente, ha sido el año de la consagración absoluta de Morante de la Puebla. Por el atractivo en la taquilla y por la regularidad en los triunfos, se le une como líder Roca Rey.
Triunfadores
Morante de la Puebla. Para conmemorar sus 25 años de alternativa y siguiendo la línea de Gallito, ha toreado cien tardes: algo insólito, en un diestro de su línea estética. Han sido 93 tardes en España; 5, en Francia, y 2, en Portugal. Ha cortado 84 orejas y 2 rabos. Significa eso que ha aceptado actuar en las grandes ferias y también acudir a otras ciudades y pueblos, con menos público y menos dinero, pero alimentando la llama de esas aficiones, como siempre han hecho las primeras figuras. Ha subrayado Morante –y tiene muchísima razón– el carácter popular de nuestra Fiesta, que no puede perderse ni convertirse en un espectáculo elitista. José Antonio no ha toreado reses que habitualmente evitan las figuras, contribuyendo así a la recuperación de algunos encastes minoritarios. Tampoco ha puesto pegas a ningún compañero de cartel ni a la presencia de la televisión. Todo eso está muy bien pero lo que todos recordaremos son las extraordinarias faenas que ha realizado en Sevilla, Madrid, Salamanca… Morante ya no es sólo un torero artista, como algunos creen, sino un lidiador completo. A las dotes estéticas que siempre ha tenido se ha unido ahora una nueva actitud, una mayor responsabilidad. Un solo ejemplo: el 2 de octubre, en la portada del ABC de Sevilla, junto a una preciosa imagen de una verónica, leíamos: 'Morante reinventa el toreo en Sevilla'. Y la crónica del festejo se titulaba: 'Sevilla se rinde al cante grande de Morante en una faena histórica'.
Andrés Roca Rey. En una línea muy diferente, Andrés Roca Rey ha compartido con Morante el liderazgo de la temporada. Repuesto de sus lesiones, ha vuelto a arrollar en todas las plazas, por su valor sereno, cabeza clara y espectacularidad. Además, posee el carácter que necesita una primera figura del toreo: no se deja ganar la pelea por nadie. Cuando las cosas no se le ponen fáciles, recurre a una exhibición de valor de éxito asegurado. Esta temporada, en 66 tardes, ha cortado nada menos que 140 orejas y 6 rabos.
Una de las cumbres de la temporada fue su tarde del 25 de agosto, en Bilbao, con toros de Victoriano del Río. En el sobrero que se lidió en tercer lugar, por forzar un pase cambiado, sufrió una fuerte voltereta. Sin chaquetilla, recurrió a las bernadinas, que pusieron al público en pie. Cortó una oreja y pasó a la enfermería. Salió de ella para matar al último, visiblemente disminuido. Llamó de rodillas desde el centro para un pase cambiado, el toro lo desarmó y lo persiguió, cojeando. Después de ligar derechazos mandones, el toro volvió a arrollarlo, con la plaza entera en trance. Mató encunándose y se llevó las dos orejas a la enfermería. Tituló ABC: 'Bilbao se rinde a la casta de Roca Rey'. Así las gasta el peruano y todavía tiene mucho margen para mejorar su estilo.
Daniel Luque. Ha vuelto a los primeros puestos, se ha mostrado como un diestro poderoso, técnico y maduro. Ha superado su bache, gracias al apoyo del público francés y a su solvencia, al enfrentarse a toros encastados. En 2022, en 44 corridas, ha cortado 94 orejas y 8 rabos. Recuerdo una tarde en la que, casi sin despeinarse, cortó las orejas a sus dos toros de Miura: eso está al alcance de muy pocos. Finalmente, ha logrado su sueño de abrir la Puerta del Príncipe. Vivió una tarde histórica en Dax, al matar seis toros de La Quinta e indultar uno de ellos.
Tomás Rufo. La gran revelación del año, con un toreo clásico, basado en el temple. Ha triunfado casi todas las tardes que ha toreado, en todas las ferias. Los Lozano, sus mentores, apostaron fuerte por él desde el comienzo, sin reservarlo para que madurara, y ha respondido plenamente. En su primer año como matador, logró abrir la Puerta del Príncipe en su debut en la Maestranza, el 2 de mayo, al cortar tres orejas, en una encastada corrida de Victoriano del Río. Poco después, el 20 de mayo, en su confirmación de alternativa, abrió la Puerta Grande de Las Ventas. Queda colocado en primera línea.
El Juli. A punto de cumplir sus 25 años de alternativa, vivió dos de sus tardes más felices en San Isidro, logrando el reconocimiento de la afición más exigente al dominar a reses complicadas. El 11 de mayo, con un toro de La Quinta, sufrió dos fuertes coladas, parecía que no tenía opción alguna pero, cruzándose al pitón contrario, le fue sacando muletazos, imponiendo su mando y mostrando su plenitud como lidiador. También realizó una faena magistral, el día 20, con un manso de Garcigrande, en el que dictó una verdadera lección. Aunque falló con la espada y no cortó trofeos, pocas veces, si alguna, había logrado Julián una comunión tan rotunda con el público de Las Ventas.
Emilio de Justo. El Domingo de Ramos, se encerró con seis toros de varias ganaderías en Las Ventas pero no pudo consumar su hazaña. En el primero, de Pallarés, después de una emocionante faena, entró a matar muy recto y sufrió una lesión grave en una zona muy delicada, con fractura de vértebras y fisura en la base del cráneo. Meses después –menos de lo que se esperaba– logró volver a los ruedos y encadenó varios triunfos.
Antonio Ferrera. En vísperas de sus bodas de plata como matador, ha seguido su camino, muy personal, con mezcla de clasicismo y alardes apasionados. Mató seis victorinos en Olivenza; realizó una gran faena a otro victorino, en la Feria de Abril; cerró San Fermín matando seis miuras y cediendo sus honorarios a la Casa de la Misericordia (el premio Nacional de este año).
Ángel Téllez. Sorprendió al abrir la Puerta Grande en San Isidro, el 27 de mayo, con toros de Victoriano del Río, por su clásico toreo al natural: muletazos lentos, en un estilo muy del gusto del público madrileño.
Manuel Escribano. Especialista en corridas duras, cerró la Feria de Abril matando, como un excelente profesional, seis miuras de juego complicado: un gesto que se recordará y que merece gran respeto.
Diego Ventura. Aunque quedó fuera de los carteles de Sevilla y Madrid, por sus enfrentamientos con Hermoso de Mendoza y con algunas empresas, realizó una temporada extraordinaria, enfrentándose a reses de ganaderías duras y realizando suertes espectaculares. La culminó con un rabo en El Pilar. Es ahora mismo el número uno indiscutible del rejoneo.
Decepciones
Volvió a los ruedos en San Isidro Alejandro Talavante sin responder a la gran expectativa. Tampoco mantuvo su nivel en la mayor parte de la temporada. Los dos sevillanos Pablo Aguado y Juan Ortega sólo mostraron su arte algunas tardes y pasaron sin suerte por las grandes ferias.
Casos singulares
El Niño de la Capea demostró una vez más su magisterio al volver a los ruedos una tarde, para conmemorar los 50 años de su alternativa.
El 17 de septiembre, en Las Ventas, el veterano Fernando Robleño cautivó con una faena de extraordinario clasicismo, probablemente la mejor de su vida, a un toro de Escolar. Sin cortar trofeos, por la espada, logró que la afición le aclamara con gritos de «¡torero!»
Francisco de Manuel cerró la temporada madrileña el 12 de octubre abriendo la Puerta Grande, junto a Roca Rey, la tarde en que Talavante desistió de matar un toro.
El novillero mexicano Isaac Fonseca obtuvo triunfos rotundos por su absoluta entrega y tomó la alternativa.
El niño Marco Pérez cortó un rabo en un festival, en la Maestranza.
Ganaderías
La casta de Victoriano del Río ha merecido el trofeo de RNE, el Hierro de Oro. Fuente Ymbro fue la que más lidió en Las Ventas. La Quinta logró grandes éxitos. Victorino Martín fue el triunfador de San Isidro. La Palmosilla y Jandilla triunfaron en San Fermín. Santiago Domecq lidió reses de gran bravura y Garcigrande mantuvo un nivel alto. Gracias al empeño de Morante, volvió a lidiar con éxito Galache.
Ferias, éxitos y fracasos
Las mejores ferias, tanto por el resultado artístico como por la asistencia de público, fueron las dos de Sevilla y las dos de Madrid. Las noticias más preocupantes, el escaso público que hubo en Bilbao y que siga cerrado el coso de Gijón, por el empeño de su alcaldesa socialista.
Después de haber recordado a Pepe Luis Vázquez, hemos conmemorado este año a Antonio Bienvenida: un ejemplo de la mejor torería, dentro y fuera del ruedo.
MÁS INFORMACIÓN
Al final del año, el fracaso del intento de prohibir los toros en Francia demostró la importancia que tiene la unión, bien organizada, de profesionales y aficionados. Es decir, justamente lo que no sucede en España.
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