Manuel Diosleguarde vuelve a vivir: «Desde que el toro me prendió sabía que la cornada era grave»
El torero salmantino reaparece este domingo en Guijuelo con Morante y Emilio de Justo después de un calvario de ocho meses por una cogida que estuvo a punto de no contar: «Vuelvo a vivir, vuelvo a mi vida»
«Gracias a la cirujana Marta Pérez por salvarme la vida»
Herida de 25 centímetros que afecta a la femoral y la safena

Ocho meses han pasado desde que Manuel Diosleguarde estuviera a punto de perder la vida en la plaza de toros de Cuéllar. Llevaba tan solo un mes como matador de toros, pues había tomado la alternativa el 23 de julio de 2022 en ... Santander, donde salió por la puerta grande. Cuatro salidas a hombros consecutivas antes de la cruz del 28 de agosto en el coso segoviano frente a toros de Cebada Gago. Tras cortarle una oreja al tercero de la tarde, cuajó una gran faena al sexto y se tiró por derecho a matarlo.
Le cortó las dos orejas, pero tuvo que pagar un precio muy alto: Caminante le partió la arteria y la vena femoral, y produjo destrozos en ramificaciones de la safena al prenderle en el momento del embroque por el muslo derecho, girando sobre el pitón durante angustiosos segundos, que se hicieron eternos. Pero, y como no podía ser de otra forma con el nombre que le acompaña en los carteles, Dios le guardó y, gracias a los grandes profesionales que estaban en la enfermería de la plaza, pudo burlar a la muerte. Eso sí, tuvo que pasar 36 días hospitalizado, y hasta el pasado marzo no pudo ponerse delante de una vaca.
Todavía no ha terminado de pasar esta pesadilla, pero empieza a ver la luz al final del túnel. La reaparición será este domingo 23 de abril. «Será volver a vivir, a lo que es mi vida», comenta ilusionado Manuel. Así, el día de San Jorge, volverá a enfundarse el traje de luces y reaparecerá en Guijuelo (Salamanca), compartiendo cartel con Morante de la Puebla y Emilio de Justo ante toros del Capea. Un cartel de auténtico lujo.
—¿Se encuentra más ilusionado que preparado?
—Me encuentro preparado e ilusionado. Tengo muchísima ilusión porque es volver a lo que es mi vida, por lo que sigo luchando y soñando desde que era pequeño, que es ser figura del toreo, y volver a encontrarme con el toro cara cara para mí es muy importante y muy ilusionante. En las sesiones de rehabilitación, he intentado coger toda la masa muscular posible y la capacidad pulmonar. Tengo ganas de que llegue el día 23 y volver a torear.
—¿Cómo ha sido la toma de contacto con el toro tras tantos meses de recuperación?
—Me sentía como un niño que está volviendo a empezar a torear otra vez. Sentía esos nervios, hormigueo en el estómago, fue muy bonito. Volver a encontrarme con el animal, volver a sentir el toreo y coger sensaciones ha sido lo que me ha vuelto a ilusionar.
«Creo que la Fiesta no tiene ningún peligro. Si miramos en las plazas, creo que se está viendo mucha juventud acudiendo a ver los toros»
—¿Cómo recuerda el momento de la cornada?
—Fueron momentos muy duros. Desde que me tenía prendido el toro, yo sabía que algo grave estaba pasando. En ningún momento se me pasó por la cabeza que me estaba muriendo, pero sí sabía que algo fuerte estaba sucediendo, y sólo pensaba en que me durmiera lo antes posible e hicieran su trabajo los médicos, porque la verdad es que los dolores eran horrorosos.
—La reaparición ya está próxima. ¿Cómo se prepara para este domingo?
—Estoy preparándome mucho físicamente. Creo que teniendo el cuerpo fuerte, la mente también está fuerte. Y luego estoy haciendo el máximo campo posible, porque al final es lo que te da el sitio y la confianza. Gracias a Dios vivo en Salamanca, donde todos o prácticamente todos los ganaderos se están portando muy bien conmigo y me están echando muchas vacas, y es de agradecer.
—¿Qué supone reaparecer con dos figuras?
—Ilusiona mucho, pero a la vez también responsabiliza. Verte acartelado con dos figuras del toreo, con dos toreros a los que admiras y de los que has bebido es muy ilusionante, aunque responsabiliza a la vez, pero al final si quiero ser torero es para ocupar un puesto así y competir con figuras.
—Llevaba una trayectoria con mucha proyección y la afición le está esperando. ¿Le supone una presión o un incentivo?
—La verdad es que me estaba encontrando muy bien durante toda la temporada. La afición me está esperando y eso me hace venirme arriba, porque también quiero que la gente me vea como estaba antes o incluso mejor, quiero que vean la mejor versión de Diosleguarde posible y para eso estoy trabajando.
—¿Cómo ve la relación de la juventud y los toros?
—La veo bien. Creo que la Fiesta no tiene ningún peligro. Si miramos en las plazas de toros a día de hoy, creo que se está viendo mucha juventud acudiendo a ver los toros, y es importante que apoyen la Fiesta y estén pendientes. Además, mientras haya una persona que se ponga delante de un toro creo que la Fiesta está asegurada.
—Cada vez que hay un percance taurino, salen los animalistas alegrándose. ¿Le afecta de alguna manera?
—No, no, es problema suyo lo que ellos piensen. Yo puedo respetar sus opiniones, pero no creo que el pensar diferente sea motivo para meterse con otra persona; y menos ellos que lo hacen solo para hacer daño, porque no tienen otros motivos. Al final, lo único que pido es que haya respeto, que es algo que a día de hoy en la sociedad se está perdiendo. Aunque el mayor problema de los antitaurinos es que tienen un pensamiento muy negativo hacia la tauromaquia sin conocerla.
«El mayor problema de los antitaurinos es que tienen un pensamiento muy negativo hacia la tauromaquia sin conocerla»
—¿Cuál sería el primer argumento que esgrimiría para defender la Fiesta delante de un antitaurino?
—Esto es lo más real que hay. La vida y la muerte están muy ligadas siempre en todo, y creo que es uno de los espectáculos en los que más se representa. Y por otra parte que el toro de lidia está criado para morir en la plaza, para honrarlo, porque al final toda su vida vive como otros animales no tienen la oportunidad de vivir, y su muerte en la plaza tiene toda su grandeza.
—¿Qué nunca haría durante una faena? Un muletazo que haya visto en otros pero que usted nunca haría...
—(Se queda pensativo, mientras sonríe) No lo sé, la verdad… No es fácil… Dar muletazos que no sienta.
MÁS INFORMACIÓN
Al finalizar la entrevista, se subió en el coche con su apoderado, José Ignacio Cascón -también empresario del coso de Guijuelo-, para volver a su Salamanca natal, no sin antes pasar por el sastre, aunque todavía no ha decidido el vestido de la reaparición. «Uno que tenga por casa…» dijo el torero, sin tenerlo muy claro aún. Su apoderado comentó que Manuel había sentido dolor en la pierna derecha durante el viaje de venida a Madrid. Como la voluntad del torero es más fuerte que cualquier secuela que aún pueda tener, lo que es seguro es que Diosleguarde volverá a vivir, como él mismo decía, en las plazas, donde seguro le aguardan grandes éxitos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete