Toros en la Feria de Abril
Una exagerada Puerta del Príncipe ensombrece la magnitud de Guillermo Hermoso de Mendoza
El navarro se impuso con ambición y talento a una dispar corrida de San Pelayo (El Capea) en la que también destacó Diego Ventura, que regresaba a la Maestranza y perdió trofeos con los aceros
Imágenes del ambiente en la corrida de rejones con Rui Fernandes, Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza en Sevilla
Guillermo Hermoso de Mendoza: «El final ha sido muy emocionante»
Victorino le devuelve la categoría a la Maestranza y el crédito a los toreros con una corrida histórica

Se llama Macarena desciende de los míticos ganaderos de Pablo Romero y sólo un desliz en el instante final le impidió llevarse en el día de su debut en un festejo mayor el titular de la crónica, que acababa de ser escrito ('Una ... presidenta con criterio termina con el triunfalismo del rejoneo en la Maestranza'). Que finalmente no fue así, al temblarle ese criterio que tan bien había mantenido y conceder una tercera oreja a Guillermo Hermoso de Mendoza que le quita grados superlativos a la actuación presidencial, desvirtúa nuevamente la Puerta del Príncipe y mantiene el festín del rejoneo. Que a su vez ensombrece la magnitud de un rejoneador que ya demuestra con argumentos sólidos la necesidad de quitarle la consideración de 'hijo de' para adquirir protagonismo principal en el arte del rejoneo.
La importancia que requiere el rigor de la Presidencia en este tipo de festejos es aún más importante que en cualquier otro festejo que se precie, teniendo en cuenta el segmento poblacional que acude a él. Un público que completa el triángulo sociológico que se da cita en la Maestranza, analizado con claridad durante estas tres últimas jornadas: de los fanáticos hedonistas que siguen a Roca Rey pasamos a los aficionados cabales de la intensa y emocionante corrida de Victorino, terminando este domingo con los parroquianos del rejoneo, que son como un híbrido entre los clientes del Sicab y los peregrinos de la Candelaria rociera. Que merecen un pormenorizado análisis, como integración del movimiento populista en el mundo de los toros: se ponen en pie cuando el rejoneador les busca en una galopada, ovacionan las alharacas demagógicas y aplauden todo, menos la salida de los lidiadores (horrorosamente llamados 'auxiliadores'), a los que pitan como enemigos de su juerga. Esto último es una auténtica vergüenza que evidencia el conocimiento y el respeto que le tienen al toreo y a los toreros.
Feria de Abril
- Plaza de Toros de la Maestranza Domingo, 23 de abril de 2023. Séptima de abono. Corrida de rejones. Casi tres cuartos de plaza. Presidió Macarena de Pablo Romero. Se lidiaron toros de San Pelayo-El Capea. 1º, noble y sin transmisión; 2º, reservón; 3º; franco y enclasado; 4º devuelto tras partirse el pitón; 4º bis, con complicaciones; 5º, manso; 6º, sin entrega.
- Rui Fernandes, vestido a la federica con casaca verde oliva. Rejón atravesado (ovación); rejón (ovación tras petición).
- Diego Ventura, con traje de corto con guayabera verde esmeralda en terciopelo. Cinco pinchazos, rejón y toque de descabello (ovación). Dos avisos entre rejón y dos descabellos (palmas).
- Guillermo Hermoso de Mendoza, con guayabera azul marina. Rejón (oreja); rejón (dos orejas). Salió por la Puerta del Príncipe.
Todas estas circunstancias no hacen más que degradar un espectáculo que en la actualidad vive una verdadera cumbre artística, protagonizada principalmente por Diego Ventura, que regresaba a la Maestranza, y Guillermo Hermoso de Mendoza, que mantiene un idilio mágico con la 'afición' de Sevilla. Esta situación hace aún más incomprensible que ambos no se batieran el cobre en un mano a mano, en lugar de utilizar por delante la figura, siempre respetable, de Rui Fernandes, como telonero. Una presencia que no hacía más que enfriar un duelo entre el rey del rejoneo y el perpetuo príncipe de Sevilla.
Una encontronazo que también se vio mermado por las complicaciones que sacó la corrida de San Pelayo-El Capea, que no terminó de entregarse, con matices evidentes de mansedumbre. La gran 'justicia' de la tarde fue que la terna tuvo en suerte lotes ciertamente 'similares', con un primero manejable y un segundo complicado, respectivamente. Rui Fernandes demostró su concepto clásico y elegante; Diego Ventura estuvo sublime en ambas actuaciones, aunque las emborronase con el acero; y Guillermo Hermoso de Mendoza salió con ambición y mimbres de torero grande a comerse la tostada de los maestros.
Al jovencísimo caballero navarro ya se le sumaron puntos positivos en el momento en que atravesó el ruedo de la Maestranza, completamente vestido de corto, dejando atrás el indumento performance del padre. Liberado de prejuicios, su labor atesora todas las virtudes de los grandes maestros, con la frescura renovadora de su jovencísima edad (23 años). Quienes desconfiábamos del habitual término de 'caballo torero' tuvimos que claudicar al verlo en su primero con Ilusión, que giraba sobre el toro como eje de la rotación que también se estaba produciendo en el rejoneo. La expresión de ese caballo mientras se encaraba con el de Capea, como el diestro que encaja su mentón sobre el pecho, era un espectáculo. Llevaban razón: hay caballos toreros.
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