Belmonte sobre Joselito, el espejo de Morante: «Yo nunca vi un toro que pudiera más que él»
El Pasmo de Triana se sinceró en ABC sobre su máximo rival y una época que «ya es historia, pero puede ser superada»

El gran protagonista de la última temporada ha sido, sin duda, Morante de la Puebla. A la meta de conseguir torear un centenar de corridas de toros, se suma toda la idolatría del sevillano hacia la figura de Joselito El Gallo. Emular sus cifras ... históricas de más de cien tardes y resucitar el aroma añejo de un toreo sin igual, han sido como un espejo para Morante del que ha bebido para culminar faenas plenas de inspiración y emoción.
Y en ese espejo deben alinearse las palabras de quien más conoció a Joselito, dentro y fuera de los ruedos, de quien formó con él una pareja indestructible que forjó el devenir del arte de torear, de quien emanó siempre hacia él un profundo sentimiento de admiración: Juan Belmonte.
«Él pudo siempre más que todos los toros», sentenció Belmonte sobre su gran rival en la Edad de Oro del Toreo, José Gómez Ortega 'Joselito', en una entrevista concedida al crítico de ABC Manuel Sánchez del Arco, que firmaba sus crónicas con el popular seudónimo de Giraldillo. «Yo nunca vi a un toro que pudiera con él. ¿Es esto suficiente para expresar mi juicio sobre Joselito?», se preguntaba el Pasmo de Triana cuando ya habían pasado más de dos décadas desde la tarde aciaga de Talavera, el 16 de mayo de 1920.
Belmonte y Giraldillo coincidieron en una boda en Sevilla, y el periodista no perdió la oportunidad de abordar una intensa conversación que giró sobre la figura del rey de los toreros, y que se publicó el 14 de noviembre de 1943. «Joselito conocía no sólo lo malo de los toros, sino lo que había que hacer para tornarlos en buenos, y lo que era adecuado, en forma y lugar, para cada toro».
Entre todas las corridas que torearon juntos la de mayor relieve «fue en Valencia. Toreábamos mano a mano reses de Campos Varela. Como yo para las fechas no tengo mucha seguridad, no recuerdo si fue el año 16 o 17. Fueron para mi las mayores ovaciones. Yo corté orejas, y Joselito, no. Pero él estuvo soberbio, insuperable. Estuvo, sencillamente, mejor que yo».
El crítico pregunta si el estilo de Belmonte pudo influir en Gallito, y la respuesta no puede ser más contundente en su admiración. «Joselito empezó como acabó. Fue un caso de formación perfecta desde el primer momento. De lo que se habló entonces es del acortamiento de la distancia, o sea, de la posibilidad de ejecutar las suertes con sus tiempos y estilos, en menos terrenos, aumentando la emoción sin variar la técnica».
-¿Recibió usted en su arte peculiar influencia del de José?, preguntó Giraldillo.
-Ya le digo que no se influye en el estilo propio, pero es inevitable que se tengan presentes las observaciones que se hacen en la plaza.
Respecto a la conveniencia o no de la división de los aficionados ante dos figuras, fue claro: «El auge de la fiesta se señala por las competencias. Un solo torero, por grande que sea, no interesa al público si no halla figura que oponerle. En esto, tanto le debo yo a Joselito, como Joselito me debió a mí, y a los dos juntos, la fiesta».
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Porque si Joselito es inspiración de Morante, intensos aires belmontinos también han salpicado sus mejores faenas, las de mayor fuerza, las que más calaron en los aficionados. «Yo pongo sobre todo el sentimiento del toreo. Ante el toro respondemos con nuestra manera y estilo a un estado del alma. Torear como si fuéramos a hablar enamorados, como si la lidia fuera un diálogo de pasión. Así concebí el toreo y así lo desarrollé junto a Joselito; así lo practicamos, él y yo, juntos, todas las tardes, en una época que ya es historia», expuso Juan al crítico abecedario, y además, en un gesto de humildad, hasta predijo: «Puede ser superada y no tengo la soberbia de creer que el toreo concluyó en mi época».
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