«Víctor Barrio sigue vivo»

Todo el mundo del toro despide en Sepúlveda al torero, muerto en la arena de Teruel el pasado sábado

El dolor de los toreros mientras portan a hombros el féretro DE TORRE

MONTSE SERRADOR

Eran las once de la mañana, pero hacía minutos que en la localidad segoviana de Sepúlveda se oía el continuo tañer de una campana que sonaba a muerte. De la villa habían desaparecido los habituales turistas y, en su lugar, todo un pueblo abarrotaba las calles que suben a la Iglesia de San Bartolomé. Vecinos y muchos amigos, compañeros, toreros, ganaderos... El mundo del toro reunido para dar su último adiós a Víctor Barrio , el joven diestro que el sábado encontró la muerte en la plaza de toros de Teruel.

Cuando el cortejo fúnebre ascendió por la empedrada calle que lleva a la Plaza de España, se hizo el silencio más absoluto, sólo roto por el llanto contenido de muchos de los allí presentes, y, en especial, de la viuda del malogrado torero. Aplausos y, una vez más, gritos de «¡torero, torero!», mientras el féretro , portado a hombros por los miembros de su cuadrilla, accedía entre coronas de flores a un templo que se quedó muy pequeño para acoger a las miles de personas que querían despedir al maestro, un joven de tan sólo 29 años. Por eso, nadie abandonó la plaza, a la espera de que su torero y paisano realizase su última vuelta «al ruedo», pero esta vez, a la plaza de su pueblo, Sepúlveda, donde recibió la ovación más sentida, pero también la más dolorosa , de sus compañeros y amigos, que llevaban el féretro sin poder contener las lágrimas; de sus familiares, que le seguían, rotos por la tragedia, y de sus vecinos, que le vieron crecer como hombre y como torero.

Palabras del párroco

Todavía quedaba uno de los peores momentos, el de la despedida definitiva, el de ver partir al torero en el coche fúnebre. Fue entonces cuando la madre y la esposa de Víctor se derrumbaron sobre el féretro con un amargo e incontenible llanto. De nada sirvieron las palabras del párroco que ofició el funeral y que no quiso hablar de muerte «porque Víctor sigue vivo». No hubo consuelo tampoco para sus compañeros y amigos. Y es que todo el mundo del toro se dio cita ayer en Sepúlveda para mostrar su pesar y condolencias a la familia del diestro segoviano.

Toreros como Enrique Ponce, José Tomás, El Juli, Manzanares , Palomo Linares, Espartaco, Curro Vázquez, Jaime Ostos, Joselito, Perera, Cayetano, El Soro, Juan Mora, Capea, Pepín Liria, El Fundi, Luis Miguel Encabo, Uceda Leal, Miguel Abellán, Paco Ureña, David Mora, Javier Castaño, Víctor Puerto, Javier Vázquez, Alberto Aguilar, Cristina Sánchez, Joaquín Galdós, Paulita, Sebastián Ritter, Fernando Robleño, Joselillo, Rafaelillo, Leandro, David Luguillano, Román, Esaú Fernández y un largo etcétera. O ganaderos como Carlos Núñez y Antonio Bañuelos.

Allí estuvieron también Curro Díaz y Morenito de Aranda , los dos diestros que compartieron cartel con Barrio en la trágica tarde de Teruel, o amigos como Caco Senante y Máximo Valverde, con quienes compartió muchas tardes de toros.

Reacciones

Enrique Ponce resumió el sentir de sus compañeros : «Es una tragedia y una desgracia tremenda; no tengo palabras para expresar tanto dolor», y dejó constancia de la realidad: «Desgraciadamente esto a veces ocurre, somos conscientes de ello». «Todos estamos aquí para arropar a una familia destrozada y para reconocer el valor y la entrega que Víctor Barrio tenía como persona y como torero», aseguró.

Para Miguel Abellán , la muerte del joven diestro demuestra la «cruda realidad del toreo», mientras Esaú Fernández no pudo contener las lágrimas mientras recordaba a «su amigo y compañero». «Esto hace que recapacitemos mucho las cosas para que al toro se le dé la importancia que tiene», señaló, para concluir después que «en la plaza se crea un arte, pero se puede morir».

El vallisoletano David Luguillano recordó su amistad con Víctor y el novillo que le brindó cuando empezaba. «Era excepcional como persona y como torero», dijo. Destacó, además, la «entereza que ha tenido su madre en la iglesia, con esas palabras tan fuertes y sentidas». «Ha sido un ejemplo para todos», insistió.

La presencia institucional estuvo encabezada por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera , acompañado por la presidenta de las Cortes autonómicas, la segoviana Silvia Clemente, además de diputados senadores y procuradores de la provincia, así como un representante del Ayuntamiento de Teruel, miembros de la corporación de Sepúlveda y alcaldes de la zona.

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