El triunfo de Leo Valadez en Valencia

El mexicano cortó dos orejas este fin de semana

RAFAEL CARRIÓN

Dos temporadas más tarde, la plaza de toros de Valencia volvió a celebrar con una novillada la festividad de su Patrona la Virgen de los Desamparados.

Se lidiaron seis novillos de Zacarías Moreno , bien presentados dentro de la desigualdad. Mansitos en líneas generales, aunque todos menos el segundo fueron nobles y sirvieron para el triunfo de los toreros. El citado segundo tuvo una embestida corta y rebrincada resultando molesto.

El resultado de la tarde se vio condicionado en gran parte por el fuerte viento que resultó muy incómodo para los toreros.

El mexicano Leo Valadez fue el triunfador del festejo, al cortarle las dos orejas a su segundo. Muy despierto y mostrando una gran actitud, Valadez se sobrepuso al vendaval y a la frialdad que reinó en los tendidos toda la tarde. Con mayor o menor acierto manejó el capote ante sus dos oponentes, no dejando pasar en blanco sus turnos de quites. Banderilleó con más voluntad que acierto protagonizando dos tercios desiguales. La faena al sexto la comenzó de rodillas, en una serie con la derecha que calentó inmediatamente los tendidos. A esa serie le siguieron otras con la misma mano en las que los muletazos le salieron largos y muy limpios. Con la izquierda bajó el tono del trasteo porque el viento se lo puso complicado y el novillo le tropezó la muleta más de lo deseado. Mató de una entera algo tendida que le valió el doble trofeo.

Con su primero anduvo con la misma actitud y torería, aunque la faena fuera más corta de lo debido. También mató con prontitud y le pidieron tímidamente un trofeo que no fue concedido.

Fernando Beltrán se llevó otra oreja del cuarto tras una faena muy desigual y un tanto despegada que fue seguida con desmesurado entusiasmo por sus seguidores. La brevedad con la que manejó la espada fue determinante para la concesión del trofeo. Con su primero, Beltrán dibujó unas excelentes verónicas de recibo, pero su faena resulto desigual y por debajo de las posibilidades de su oponente. Silencio tras aviso.

Alejandro Marcos tan solo destacó en unas primeras series con la derecha ante el quinto, pero la faena fue perdiendo fuerza según transcurrió. Su primero no le permitió lucimiento y Marcos solo se pudo mostrar voluntarioso. Silencio y vuelta al ruedo.

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