Triunfal y emotivo homenaje a Víctor Barrio en Cantalejo
Ponce, que donó sus honorarios (40.000 euros), Mora y Luque salen a hombros
Los diestros Enrique Ponce, David Mora y Daniel Luque se han repartido siete orejas y han salido a hombros en el festejo celebrado este miércoles en la localidad segoviana de Cantalejo, en el que se ha homenajeado a la figura del torero Víctor Barrio , fallecido el pasado 9 de julio en Teruel.
Tarde de emociones a flor de pie. Más allá del ruedo, todas las miradas iban inevitablemente al ciel o en recuerdo de Víctor Barrio , torero de la vecina localidad segoviana de Grajera, y que el pasado 9 de julio perdió la vida tras la cornada moral que le infirió el toro Lorenzo, de la ganadería de Los Maños, en la plaza de toros de Teruel.
Catalejo, municipio al que nunca faltó Barrio desde 2013, le ha recordado hoy con un tremendo cariño, el mismo que él siempre le profesó a esta tierra. De ahí este sentido homenaje póstumo.
El pintor Mario Pastor , gran amigo de Barrio, y el que fuera su mozo de espadas hasta la fatídica tarde de Teruel, César Arribas, han sido los encargados de hacer el despeje de plaza antes de arrancar el paseíllo, antesala de un minuto de silencio tan respetuoso como conmovedor, epilogado con una prolongada y calurosa ovación desde los tendidos, cubiertos en sus tres cuartas partes.
El alcalde del municipio, Máximo San Macario, ha hecho entrega a Raquel Sanz , viuda de Barrio, y a los padres del malogrado torero de una réplica de un trillo, lo que el propio alcalde ha definido como «el corazón de Cantalejo».
FICHA
Toros de José Cruz, bien presentados, justos de fuerzas y manejables en conjunto. Ha destacado el tercero, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.
Enrique Ponce, oreja y oreja.
David Mora, oreja y oreja.
Daniel Luque, dos orejas y oreja.
Los tres toreros han brindado sus respectivas primeras faenas a la familia de Víctor Barrio, presente en los tendidos, mientras que las tres últimas han ido dedicadas al malogrado torero segoviano, con los de luces levantando sus monteras hacia el cielo.
La plaza registró tres cuartos de entrada en los tendidos.
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