Toros Feria San Isidro
David Galván, herido en el gris arranque de San Isidro
La seria y complicada corrida de La Quinta desluce la primera corrida de la Feria
Crónica
Abre sus puertas la que el inolvidable José Luis Suárez-Guanes llamó «cátedra del toreo». En su libro «Los toros en Madrid», proclamaba Pascual Millán: «El pueblo de Madrid es el más aficionado a toros de todos los pueblos . Aquí se considera el espectáculo con toda seriedad. La plaza de Madrid es la que da patentes de maestro». Y lo confirmaba Hemingway: «Si queréis realmente aprender todo lo que se puede aprender sobre las corridas de toros y si habéis llegado a enamoraros de ellas, tarde o temprano tendréis que ir a Madrid».
No es vanidad localista: la seriedad de las reses que se lidian y la exigencia del público mantienen a Las Ventas como un baluarte contra la degradación del espectáculo.
En esta ilusionante nueva etapa de Simón Casas , la primera corrida de la Feria apuesta por el toro, los santacolomas de La Quinta, que triunfó aquí, hace muy poco, en una novillada y lidia por primera vez una corrida completa en Las Ventas: toros cárdenos, serios, bien armados pero de juego deslucido. A sus dificultades se unen las inclemencias de la tarde, con lluvia y viento, y los fallos, de los diestros, con la espada. Por el percance de Galván, en el segundo, queda un mano a mano de Aguilar y Javier Jiménez.
Después de un chaparrón fuerte, el primer toro embiste con suavidad y nobleza por la izquierda, protesta en varas. El valiente Alberto Aguilar logra algunos naturales templados, con gusto, sin demasiado eco; por la derecha, el toro se cuela. Aunque logra la estocada, tarda en caer. El cuarto, cornivuelto, echa las manos por delante, protesta en el caballo y sale huyendo, sin emplearse; pega arreones, en la muleta. A pesar de ello, logra ligarle algunos naturales con mérito pero no cuajar faena.
Precioso cárdeno
El segundo es un precioso cárdeno claro, con el testuz nevado, que humilla pero huye del caballo, ha de picarlo el que guarda la puerta, embiste con genio. David Galván es un diestro de buen corte, pero han frenado su carrera varios percances. En la muleta, el toro saca sentido y peligro creciente hasta que lo engancha, alargando el cuello, y, en la caída, sufre un golpazo: tiene un puntazo corrido, conmoción y probable fractura del codo izquierdo, de pronóstico reservado. Mata el toro Aguilar.
El tercero, el de menos peso, es bajo, serio, embiste fuerte. Javier Jiménez , que triunfó en Las Ventas el pasado agosto, ha aprendido el oficio con Espartaco. El toro echa la cara arriba en banderillas, mientras se desata un vendaval, como tantas veces en este coso, sin que se le dé remedio alguno. El diestro le saca muletazos con mérito, por los dos lados, a pesar de los cabezazos que pega el toro, que no transmite mucho. Falla con la espada. El quinto embiste con «carbón» pero incierto, huido. Javier corre la mano en emocionantes naturales, muy jaleados, cuando logra que el toro no se vaya. Mata con decisión y la petición es insuficiente. En el último, muy abierto de pitones, se justifica con voluntad y oficio pero no más. Entra a matar siete veces y suenan dos avisos (seis en total, esta tarde).
La herida de David Galván ha sido la nota negra de una tarde inicial de la Feria en la que ha predominado la grisura: cielo oscuro, toros cárdenos de escaso juego, fallos con las espadas… Ya saldrá el sol…
Postdata. Nació la Feria de San Isidro el 15 de mayo de 1947, con toros de Rogelio Miguel del Corral: Gallito escuchó los tres avisos, en el primer toro (¡vaya comienzo!) y uno más en el cuarto, Andaluz fue ovacionado y Antonio Bienvenida, herido grave. Fue ésta «la Feria de Pepín» (Martín Vázquez). Los diestros cobraban entre 22.000 y 50.000 pesetas; el ganadero, unas 100.000; las entradas oscilaban entre 10 pesetas (andanada de sol) y 125 (barrera de sombra). Como decía don Hilarión, «hoy las ciencias adelantan / que es una barbaridad».
Previa
«Orejita» es el bautismo del toro que abre esta tarde, a las siete, la Feria de San Isidro, la primera de la era Casas . Esta mañana se han sorteado los seis ejemplares de La Quinta, de los que darán cuenta Alberto Aguilar, David Galván y Javier Jiménez. Este es el orden de lidia:
1. Orejita, número 104, de 517 kilos.
2. Presidiario, número 8, de 505 kilos.
3. Matajaca, número 107, de 481 kilos.
4. Gaditano, número 14, de 539 kilos.
5. Coquetón, número 45, de 484 kilos.
6. Temeroso, número 22, de 504 kilos.
Los sobreros son de Cortijo de la Sierra y La Reina.