Las plazas Monumentales, el gran sueño de Joselito El Gallo
En 1919 se organizaron dos temporadas paralelas con dos empresas operando y compitiendo por separado en la Monumental y la Maestranza
La trágica muerte del diestro sevillano José Gómez Ortega «Joselito» en Talavera de la Reina (Toledo), víctima del toro «Bailaor de la Viuda de Ortega, supuso también la de la dualidad de las dos plazas de toros que rivalizaron en Sevilla, La Maestranza y la efímera Monumental auspiciada por el malogrado torero.
Gallito lo fue todo en el toro y, además de alumbrar el camino por el que acabaría transitando el propio arte de torear, sentó las bases de la crianza y la selección ganadera; marcó las pautas organizativas del negocio y hasta alentó la construcción de plazas monumentales , como el efímero coso de San Bernardo de Sevilla del que aún queda un exiguo resto arqueológico en la actual avenida de Eduardo Dato.
Hablar de Gallito es hacerlo de Sevilla, donde el diestro debutó como novillero en la Maestranza en 1912 alternando con Limeño, su pareja novilleril, y donde el futuro matador actuaría por última vez en calidad de novillero el 15 de agosto de ese año encerrándose en solitario para sufragar la corona de oro de la Esperanza Macarena.
La alternativa se había programado el 15 de septiembre de aquel 1912 en Madrid, aunque un percance inoportuno retrasó el doctorado al día 27 en el mismo ruedo pero las inclemencias meteorológicas forzaron la cesión de trastos, el día 28, en la plaza de la Maestranza de manos de su hermano Rafael con toros de Moreno Santamaría.
El mismo cartel se repitió el 29 con reses de Surga, dejando para el 30 el mano a mano de los hermanos Gómez Ortega con ganado de Salas. 1913 fue la primera temporada completa de Joselito como matador en Sevilla. El 23 de marzo, Domingo de Resurrección, volvió a la plaza de la Maestranza, mano a mano con Bombita, para despachar un envío de Trespalacios.
Su nombre se sumó aquel año al de su hermano Rafael y a toreros en decadencia como Cocherito de Bilbao, Bombita y Bombita III , pero hubo que esperar a 1914 para que, por fin, se viera las caras con Juan Belmonte , que había tomado la alternativa el año anterior, ante un encierro de Miura que acabaría propiciando un gran triunfo del trianero: era el comienzo de la llamada Edad de Oro del toreo.
El hito de 1915 –que resultó un año apoteósico- fue la encerrona del 30 de septiembre en la que Joselito cortó la primera oreja se concedía en la historia de la plaza de la Maestranza. En ésa y las dos siguientes temporadas alternó con profusión con Belmonte. Los públicos sólo querían contemplar el contrapunto de ambos ases aunque el trianero se tomaría un largo descanso en la temporada de 1918.
La ausencia de Belmonte fue precariamente suplida con nombres como los de Gaona, Fortuna o Camará a la vez que Joselito se echaba todo el peso del toreo sobre los hombros. Pero esa temporada se iba a producir un acontecimiento trascendental: la inauguración de la efímera Monumental de Sevilla inspirada por el propio Gallito después de salvar grandes dificultades y no pocas zancadillas en su construcción.
El nuevo coso fue estrenado el 6 de junio de 1918 por su impulsor compartiendo cartel con Curro Posada y Fortuna. Su rival y amigo Juan Belmonte , comprometido con la plaza de la Maestranza, quedaría aún alejado de ese inmenso recinto que venía a romper la exclusividad de la antigua plaza de la Maestranza.
Hecho insólito
En 1919 se organizaron dos temporadas paralelas con dos empresas operando y compitiendo por separado en la Monumental y la Maestranza. Se llegó a dar el hecho insólito de celebrar dos alternativas casi simultáneas en la tarde del 28 de septiembre. Fueron las de Chicuelo, otorgada por Belmonte en el Baratillo; y la de Juan Luis de la Rosa, que concedió Gallito en la Huerta del Rey.
Joselito y Belmonte se habían convertido en los mascarones de proa de ambos cosos. El primero, que no actuó ese año en la plaza de la Real Maestranza, encabezó los carteles de diez de las once corridas organizadas en la Monumental. Belmonte no estuvo en ninguna de ellas.
Pero las cosas cambiaron en 1920 con ambas plazas colocadas bajo la misma batuta empresarial después de dos años haciendo la guerra por su cuenta. Ésa iba a ser la última temporada activa de la Monumental, que sería clausurada con extrañas prisas pocos meses después de la muerte del diestro de Gelves, su único valedor.
José abrió fuego en la Maestranza el día 4 de abril junto a Belmonte, Sánchez Mejías y Chicuelo pero la fecha del 22 tuvo una significación especial. José coincidió por fin con Belmonte en la efímera Monumental alternando de nuevo con Chicuelo.
Repetirían al día siguiente en el mismo escenario y delante de la Reina Victoria Eugenia que también se subiría al Palco Real de la Real Maestranza para asistir a la última tarde que compartieron ambos ases en Sevilla. Fue el 28 de abril, mano a mano, a beneficio de la Cruz Roja y con los toros de Gamero Cívico. Sólo les quedaban seis paseíllos juntos.
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