Paco Ureña deleita con la expresión de su toreo en Soria

Efe

El diestro Paco Ureña salió a hombros este sábado de la plaza de toros de Soria, donde cuajó una gran tarde de toros, especialmente en la faena a su primer toro de Adolfo Martín, al que cortó las dos oreja después de enamorar a los tendidos con la pureza y expresión de su toreo.

Toros de Adolfo Martín, el cuarto como sobrero, desiguales de presentación y juego. Los mejores, segundo y sexto. Los otros cuatro, más que complicados resultaron deslucidos.

Morenito de Aranda, silencio y silencio.

Paco Ureña, dos orejas y ovación.

David Martín Escudero, silencio y ovación.

La plaza registró tres cuartos de entrada en los tendidos.

La corrida tuvo un nombre sobresaliente, Paco Ureña, que cuatro horas antes del paseíllo había aterrizado en el aeropuerto madrileño de Barajas procedente de Perú, donde cumplió esta semana dos actuaciones.

Ureña, como si tal, se encontró muy suficiente, capaz y comprometido toda la tarde. Cortó las dos orejas de su primer astado, en el que lo más importante fue la expresión y pureza de su toreo. Dos apéndices en una plaza de peñas y ruido, sin embargo, sin una sola concesión.

El de Lorca toreó en la más pura acepción de la palabra, tanto de capote como de muleta, haciendo las cosas con naturalidad, mucha quietud y despaciosidad. La firmeza del torero acabó por doblegar al de Adolfo Martín, que a pesar de su nobleza tuvo también cierta dificultad por el pitón derecho.

Naturales y derechazos de mano baja, con mucho ajuste y ligazón. Series a más en cantidad y en calidad. El toreo, queda dicho, en su excelsa expresión. Y por si faltaba, la estocada, gran estocada, atacando en corto y por derecho, yéndose detrás de la espada como un rayo. El toro patas arriba y el clamor de la plaza para concederle el doble trofeo.

Ahí se acabó prácticamente la tarde. Pues ni el segundo de Ureña dio opciones, ni mucho menos el lote de Morenito de Aranda, su primero sin humillar lo suficiente y el cuarto agarrado al piso de forma desesperante.

Martín Escudero tampoco tuvo tela que cortar en el tercero. En cambio, en el sexto, otro toro que fue excepción en la tarde, Escudero se confió mucho y anduvo igualmente inspirado. Toreo de buen corte a pesar de su escaso rodaje. La mala espada se llevó un más que seguro trofeo.

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