López Simón puntúa para la Champions en el comienzo de Huesca

Imparable, cortó tres orejas a una bien presentada corrida de Manuel Blázquez

López Simón, con las dos orejas del sexto ABC

Ángel G. Abad

Andan en Huesca con la euforia del ascenso de su equipo de fútbol a Primera División. Todo en la capital oscense quiere ser de primera, la feria taurina incluida, y para que todo estuviera en consonancia comenzó con un lleno en los tendidos y una bien presentada corrida de Manuel Blázquez. Y de primera también la actitud de López Simón , que cortó una oreja al tercero, que bien pudieron ser dos, en base a una actuación plena de decisión y no mal toreo. Al contrario, el madrileño le cogió el aire a un toro de francas embestidas, pero medido de todo lo demás. Se encajó toreando con la mano derecha. Series cortas, lo que permitía el de Blázquez, aunque con buen sabor. Mediada la faena se decidió a ganarle la partida y el arrimón fue de aúpa . Llegaron los circulares invertidos, las espaldonas y los desplantes. Buena la estocada y una oreja por decisión presidencial.

Quiso rematar la tarde con el sardo que cerró plaza. La serie de derechazos rodilla en tierra gustándose, así lo demostró. A placer la siguiente, también diestra, casi abandonado, todo muy suave . Y mandando en otra con el público ya metido en la faena. El toro ya protestaba, pero insistió al natural. Y en el final, de nuevo metido entre los pitones, de locura. Una pena la estocada baja en el momento de querer hacer la suerte de recibir. Con todo, dos orejas que le abrieron la puerta grande.

Cayetano encandiló desde que se abrió de capote con el precioso ensabanao que hizo segundo. Lo vio claro y se fue directo al sol. Allí levantó clamores en un inicio de faena rodilla en tierra. No corrió mal la mano por el pitón derecho, ya de pie, y destacaron muletazos templados. El toro se empeñaba en aguar la fiesta, pero las miradas al tendido y el final otra vez de hinojos, le valieron para pasear un trofeo.

Una capea pareció la lidia del quinto, que frenó Cayetano con los doblones del comienzo de faena. Buen toro , y así se lo demostró al torero siguiendo largo los engaños ñor los dos pitones. Más encorajinado que otra cosa, Cayetano se perdió pese a los ostensibles signos de esfuerzo. Con la espada salvó los muebles.

Castella abrió plaza y feria con un toro que derrochó tanta nobleza como falta de fuelle, con el que anduvo abusando de las cercanías. El trasteo supo a poco, mitad por el toreros, mitad...

El cuarto fue devuelto por descoordinado, y el sobrero no vino a arreglar las cosas. Mucho ímpetú de salida y en los primeros tercios, tanto que se inutilizó cuando el francés tomaba la muleta. Allí acabó todo, pues la faena resultó imposible.

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