Kiko Rivera: «Quise ser futbolista y cura, pero nunca torero, me da mucho respeto»
El hijo de Paquirri contó en «Mi casa es al tuya»
Solo era un bebé de siete meses cuando su padre perdió la vida por una cornada fatal en Pozoblanco. Heredero de apellidos de leyenda y tronío, Francisco Rivera Pantoja , conocido como Kiko Rivera , se siente orgulloso de su padre, Paquirri , el inolvidable torero que dio una lección de entereza al mundo cuando la vida se le iba a borbotones. «En ese momento tan crítico, que esté tranquilizando y diciendo (al doctor) lo que tiene que hacer, es para sentirse orgulloso. Mi padre tenía unos cojones como los balones de Nivea», expresó a Bertín Osborne en el programa de «Mi casa es la tuya» .
El menor de los Rivera habló de su niñez, de su amor y admiración a su madre, del orgullo que siente por su padre... «Mi padre era torero de máximo nivel; mi madre, cantante de máximo nivel. Yo ya era conocido estando en la barriga», dijo en el citado programa de Telecinco.
En su charla con Osborne, Kiko se sinceró y relató con naturalidad cómo se enteró, «a los diez u once años», de que su padre había emprendido un viaje del que no volvería. «Yo siempre preguntaba a mi mamá y ella, como todas las madres, intentaba que no sufriera. Ella no podía decirme que se había muerto, le afectó tanto que incluso hoy día le cuesta, se emociona . Mi madre le sigue teniendo muy presente». El hijo de Paquirri e Isabel Pantoja contó que cada 26 de septiembre, su madre «ordenaba que no se viera la tele, porque siempre salían las fatídicas imágenes...» Y continuó: «Un día logre encenderla. Me quedé en estado de shock , ese día entendí que a mi padre lo había matado un toro y que no iba a volver de ese viaje en el que yo creía que estaba. He aprendido a verlas desde otro punto de vista, no de sufrimiento, que la tienev, sino de orgullo de un hijo a su padre . Lo llevo en mi alma y en mi corazón».
Kiko Rivera tiene presente cada día a su padre, y de él habla a sus hijos, tanto que cada noche de luna llena su pequeña Ana dice que ahí está el abuelo.
Admira y respeta la profesión de sus hermanos, Francisco y Cayetano , incluso ha cogido la muleta con ellos en el campo. «Pasé miedo, aunque me divertí también», comentó. Pero en el caso de Kiko -«torero no he querido ser nunca»- ha ganado la vena de la música. Incluso se planteó ser futbolista y hasta cura durante un tiempo gracias a las clases de Religión de l padre Rayo . De su progenitor dice haber heredado el carácter bromista, el valor de la constancia y «hacer una fiesta por todo».
Kiko habla con orgullo de su sangre Rivera. Hasta un tatuaje luce en en el nombre del padre.
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