Joselito Adame y Fortes brillan en la picassiana de Málaga

El mexicano corta dos orejas y el malagueño logra una con los mejores toros de una complicada corrida de Torrealta

Joselito Adame Efe

ANDRÉS AMORÓS

Se ha institucionalizado ya la corrida picassiana , con la que Málaga homenajea a uno de los genios máximos de la pintura: a Picasso – igual que a Goya, aunque ahora lo nieguen algunos ignorantes– le apasionaban los toros. Trató el tema en pinturas, dibujos, grabados, cerámicas, ilustraciones de libros. En el Museo Picasso de París he visto muchos objetos que testimonian su pasión taurina: fotografías, carteles, entradas, caricaturas, cajas de cerillas, postales eróticas en las que el toro o el torero son órganos sexuales masculinos o femeninos. A Luis Miguel le dijo que, de no ser pintor, le hubiera gustado ser picador...

Ha decorado la Plaza el artista francés Loren . El año pasado, grandes ojos picassianos nos miraban, desde las tablas. Esta vez, ha optado por preciosas filigranas en blanco, imágenes táctiles, accesibles también a invidentes (como el Minotauro picassiano). Menos me gusta que actúen cuatro diestros («la fartá», lo llamaban en Valencia, como dice Rafael Duyos). Los toros de Torrealta , serios, dan pobre juego, salvo tercero, séptimo y octavo, bondadosos, a los que cortan oreja Adame y Fortes.

El primer toro es complicado, protesta y no humilla. Urdiales , que ha brindado al diseñador de su vestido, trastea aseado pero sin brillo y mata mal. El quinto , un «Marinero» en tierra (como el título de Alberti) es brusco pero flaquea, va muy corto, no permite nada. Mata a la segunda.

No le está siendo fácil la temporada a Perera aunque su valor sigue intacto; la espada le ha privado de éxitos. En el segundo, saluda Curro Javier por dos grandes pares. El toro se mueve pero es brusco y va a peor. Corta por lo sano el diestro y algunos se enfadan. El sexto es otro marmolillo pero corta en banderillas y, a veces, pega arreones; otra faena brevísima y las lógicas protestas. Perera, que suele hacer faenas largas, ha seguido esta vez el camino opuesto.

Joselito Adame (con llamativas medias blancas) recibe con buenas verónicas al tercero, al que pica muy bien Óscar Bernal y banderillea con valor Fernando Sánchez. El toro se mueve y transmite mucho. Adame muletea con gran oficio, aunque abusa de los pases por alto; logra buenos naturales y una gran estocada: oreja. Al séptimo lo lidia bien Miguel Martín; lo ahorma Joselito con ayudados por bajo, conduce sus nobles embestidas en muletazos por los dos lados, de mucho eco. Falla en la suerte de recibir pero acierta en otro gran volapié: nueva oreja. Ha tenido mucha fortuna en su lote pero la ha aprovechado.

El malagueño Fortes acaba de volver con éxito a Vitigudino, donde fue tan gravemente herido. Se luce en un quite por chicuelinas en el tercero. El cuarto mansea, con poco celo, lo empala en el tercer muletazo, se para, no da ninguna opción. Mata a la segunda. Recibe con bellos lances al último, que embiste bondadoso; consigue suaves muletazos, muy lentos. Esta vez, ha podido mostrar su faceta artística, no sólo el valor (aunque es arrollado dos veces, cuando reincide en las temeridades). Debe seguir por ese camino. Mata con decisión y corta la oreja, a pesar de dos avisos, por prolongar la faena. Y los paisanos salen felices.

Recuerdo los versos de Pablo Neruda : «Pero el toro asomó desde los corredores,/ en el centro terrestre, yo vi su voz, llegaba/ escarbando las tierras de Picasso». Las españolas tierras del toro fueron, siempre, las tierras de Pablo Picasso.

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