Jesulín: «Me gustaría torear alguna corrida para celebrar mis 25 años de alternativa»

Si hay una fecha imborrable para cualquier torero es la de su alternativa. Jesulín de Ubrique sueña especialmente con ella ahora: «21 de septiembre de 1990» . «Fue en Nimes, y justo ahora estoy en plena celebración de los 25 años, de esas bodas de plata», cuenta el veterano matador.

Un cuarto de siglo ya separa el doctorado de uno de los diestros más carismáticos del escalafón, de uno de los grandes conocedores de la técnica y ese temple que luego ha tenido que aplicar en más de una faceta de su vida.

Para celebrar esas bodas de plata Jesús Janeiro se plantea torear «tres o cuatro corridas, alguna goyesca por ejemplo, en la que yo me sienta cómodo». «Hacer una temporada al uso -continúa- ni lo pienso. Dicen que la veteranía es un grado, pero yo digo qu e la juentud y el celo están en el que empieza ». Se refiere a la oleada de jóvenes que han traído el necesario aire fresco al escalafón. «Es estupendo que salgan chavales nuevo arreando tanto».

Jesulín habla con claridad: «No es ya solo cuestión de no entrar a rivalizar, mi época ya pasó en ese sentido, sino que soy consciente de que yo ahora no tengo el ambiente de antes. Pero sí creo que tendría mí público para esas dos o tres corridas. Eso sí, con mi caché ». ¿Cuál es ese caché? «Ya he dicho en alguna ocasión que por menos de ocho millones de pesetas no me visto de torero . En mi hambre mando yo».

Puntualiza la figura de Ubrique: «Si luego va menos gente que la prevista, se puede hablar. Aunque si van más, ¿qué pasa ? Se puede ser flexible dentro de una lógica, pero repito que en mi hambre mando yo. Algunos te piden que toreen por los mínimos, y hombre mis honorarios son otros, que yo no estoy empezando...»

Cuenta Janeiro que en 2015 le ofrecieron torear en plazas como «Sevilla como no iban algunos compañeros». También en Huesca y El Puerto , pero los dineros «estaban muy lejos de mis pretensiones». «Este año me haría mucha ilusión torear, el cartel, la corrida, pero también tiene que resultarme satisfactorio el dinero», señala.

Jesulín, que se vistió de luces por última vez en una corrida en 2011, se muestra encantado toreando festivales , pero sí quiere dar ese pasito más este año para celebrar esas bodas de plata como matador de toros. «Ojalá salga algo bonito y lleguemos a un acuerdo, pero lo digo muy claro: por amor al arte no toreo , para eso ya disfruto toreando en el campo con amigos o en mi ganadería». Más claro, el agua: sinceridad en estado puro.