Grave cornada en el triángulo de Scarpa a Lipi y triunfo de El Cid en Colmenar

El torero de Salteras desorejó a un gran toro de Adolfo, el mismo que hirió al banderillero

Lipi, en el momento del percance contra las tablas Colmenar Toros

Efe

El diestro Manuel Jesús "El Cid" exhibió este domingo en Colmenar Viejo su mejor versión y cortó tres orejas, dos de un gran toro de Adolfo Martín , premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre, en una tarde en la que tanto Curro Díaz como Ángel Sánchez se fueron de vacío.

El Cid , que fue obligado a saludar una ovación tras el paseíllo como despedida de la afición colmenareña, le cortó una oreja a su primero, un "adolfo" noble y de buen aire con el que el de Salteras sacó a relucir su mano izquierda para pegarle varias series de muy buena firma por lo despacio y largo que lo condujo. La espada esta vez fue su aliada, y así logró pasear el reseñado trofeo.

Pero el lío de verdad llegó en el quinto, " Baratero " de nombre, un toro de bandera de Adolfo Martín, bravo y codicioso. Ya en el capote mostró que iba a ser de cante grande, apretando también de lo lindo en el caballo y echando mano de malas formas a Lipi en banderillas.

El Cid lo vio enseguida y, pronto y en la mano, lo toreó de maravilla por los dos pitones en tandas de muletazos largos y por abajo, perfectamente compactados en una faena de mucho ritmo y a más, y en la que reverdeció laureles pues se vio al torero grande que siempre fue. La espada volvió a funcionarle y para él fueron las dos orejas que paseó después de la vuelta al ruedo a "Baratero".

C urro Díaz nada más que pudo estar en los detalles sueltos sobre la mano izquierda ante un "parte plaza" que se vino abajo demasiado pronto. Hubo cositas de mucho gusto por parte del torero de Linares, pero sin llegar a redondearlas. Ovación con saludos para él.

El cuarto fue un toro muy atrancado de los cuartos traseros, algo que hizo que no pudiera tirar para delante. La gente protestó pero el palco decidió mantenerlo en el ruedo, aumentando aún más el enfado del personal. Curro anduvo en labores de enfermero, tratando de hacer las cosas con suavidad y a media altura, pero ni así.

Ángel Sánchez ofreció dos caras con su reservón e incierto primero, pues después de mostrarse firme y muy resultón tanto con el capote como con la muleta, al final acabó atascándose de mala manera con los aceros, echando por tierra lo bueno que había realizado durante una faena en la que había rayado a buen nivel.

Con el sexto le pasó algo parecido, pues después de haber dejado su sello al natural frente a un toro que se vino abajo muy pronto y con el que volvió a estar muy fallón con la espada.

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