Facilidad, emoción y arte en Las Ventas
Aparicio, Litri y Manolo Vázquez salieron a hombros el 14 de mayo de 1957
El e splendor del toreo en toda su dimensión se ha dado en numerosas ocasiones en la plaza de Madrid, una de ellas la que tuvo lugar el 14 de mayo de 1957. Tarde de pasión, de luz intensa, tarde de " Facilidad, emoción y arte ", como titulaba Selipe su crónica de ABC. Frente a la corrida de Juan Cobaleda "los tres matadores pusieron a contribución para conquistar el éxito, premiado por el público con ardorosos deseos".
Dos orejas para Litri en el segundo, otras dos para Vázquez en el tercero y doble trofeo también para Aparicio del excelente cuarto al que aplicó "dominio y destreza". Los tendidos al rojo vivo.
Litri, pese a que se llevó el peor lote, anduvo "pletórico de pundonor ardiente y añadió además tesonera gallardía". Todo influido por una emoción "que llegó al tendido sin pérdida de su caliente vibración".
"El arte tuvo en Manolo Vázquez idónea y transparente encarnación. La faena del torero de San Bernardo al tercero fue sencillamente antológica. Labor de antología por la gradación de sus pases, dispuestos como en el más noble orden arquitectónico; labor de antología por la acomodación de cada suerte a la sucesiva arrancada de la res; labor de antología por el equilibrio, difícil y plenamente conseguido; labor de antología por su gallardo remate", se explayaba el crítico.
Lo dicho: "Facilidad, emoción y arte".