Enrique Ponce sujeta a un toro huido en San Sebastián

El torero de Chiva corta una oreja, al igual que Cayetano, mientras que Hermoso pincha una buena faena

Enrique Ponce torea en redondo Efe

ANDRÉS AMORÓS

El balance de la Feria, por ahora, es clarísimo: la gente sí que acude a los toros, en San Sebastián , aunque el Ayuntamiento ponga todas las trabas que puede: ha llegado el bochorno, la cubierta móvil de la Plaza está estropeada, Illumbe se convierte en un horno, una sauna: la sufrida afición lo aguanta todo. En cualquier otro espectáculo, el escándalo sería mayúsculo…

En lo artístico, el primer día, hubo figuras, con toros «a modo»: decepción y enfado general. El segundo, diestros discretos y buenos toros: todos contentos. ¿Por qué las figuras no mataron, por ejemplo, las reses del segundo día? ¿Aprenderán, alguna vez, los toreros, los apoderados y los empresarios? No parece fácil.

Volvemos al cartel mixto de un rejoneador y dos diestros , a pie: no me gusta. Ponce y Cayetano cortan una oreja; Hermoso la pierde, al pinchar. Enrique muestra su magisterio al sujetar a un toro muy huido.

En el primero, noble y bravo, Pablo Hermoso luce su lidia sabia, clásica, con momentos brillantes, pero, como otras veces, falla al matar. Torea magistralmente al cuarto, con la cola de un «Alquimista», que convierte en oro los quiebros y recortes; arriesga con «Donatelli»; se adorna con el teléfono, pero vuelve a fallar, con el rejón de muerte (su talón de Aquiles, en esta etapa).

En su primero, que huye continuamente, Ponce dibuja lances rítmicos . Lo sujeta por bajo, rodilla en tierra, con maestría; logra hilvanar redondos cadenciosos, dejándole la muleta en la cara, para impedir que se vaya, llevándolo imantado: una demostración más de su famosa «difícil facilidad». Los revisteros clásicos hablarían de la mano de hierro con guante de seda. ¿Qué otro torero, de todo el escalafón actual, es capaz de hacer eso?... Estocada caída: petición y vuelta. El quinto se deja las escasas fuerzas al descabalgar al picador. Ponce lo cuida, con sabiduría, pero la flojera del toro frena la emoción. A base de temple, logra enroscárselo a la cintura con elegancia, se inventa la faena, sacando agua de un pozo casi seco. ¡Lástima de toro! Mata a la segunda: oreja. Pero a mí me ha gustado más en el otro.

En el tercero, muy noble, Cayetano dibuja lances vistosos. (Saluda Iván García). Brinda a López Simón , con el que comparte apoderado. Liga con facilidad muletazos estéticos, pintureros. Mata en la suerte de recibir pero atravesado y caído: oreja. El último se pega un topetazo contra el burladero y queda muy flojo. El trasteo es aseado pero se diluye por la flojera y sosería del toro.

En la Fiesta, lo más importante no son los trofeos ni siquiera las faenas brillantes. El aficionado disfruta cuando un diestro le da a un toro la lidia que necesita. Lo que ha hecho Ponce, en su primero, al sujetar a un toro huido, ha sido una verdadera maravilla : una demostración de auténtica maestría.

Posdata. Por las calles de San Sebastián, se han manifestado cientos de personas contra los toros. En Illumbe, a pesar del calor infernal, había miles. Los manifestantes distinguen entre los «animalistas», que piden un referéndum sobre los toros, y los «especistas», que niegan que el ser humano pueda decidir nada sobre los animales. También el alcalde de la ciudad distingue entre los que piden un referéndum independentista, en Cataluña, y los que son independentistas; y añade que él es las dos cosas. Todo está muy claro.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación