Diego Ventura indulta al toro «Fantasma» en la Monumental de México
Enrique Ponce corta una oreja y El Payo resulta herido
Sin lugar a dudas, su vigésimo año de alternativa será para el rejoneador Diego Ventura inolvidable. Tras sus triunfos en Europa (con el corte de un rabo en Madrid), este domingo puso la cereza al pastel al haber logrado una faena que le permitió indultar un toro en la Plaza México. Es el segundo astado de rejones al que se le perdona la vida en la Monumental de Insurgentes.
La faena de Diego Ventura al bravo «Fantasma», de la ganadería del rejoneador mexicano Enrique Fraga, tuvo momentos inolvidables, emocionantes, que hicieron vibrar a la Plaza México , que, por cierto, se llenó en el tendido numerado.
Cómo cabalgó, cómo clavo banderillas, cómo dominó a sus cabalgaduras y cómo logró la entrega del público... Una faena redonda, donde pudo lucir de manera excepcional su tauromaquia . Pasó por dentro en el terreno de las tablas, clavó a dos manos sin que su cabalgadura trajera el freno, clavó banderillas al violín, previo quiebro; en fin, una actuación inspirada, emotiva que valió para que, unánimemente, el público solicitara al juez el indulto del bravo animal.
Grito de «¡torero, torero!»
Al final, llegó el grito de «¡torero, torero!» mientras Ventura daba la vuelta al ruedo junto a sus caballos y a su colega ganadero, que debutaba en La México en una corrida de toros emocionante e histórica.
Se abrazó incluso con el maestro Enrique Ponce , quien antes había conseguido una faena muy clásica, de muletazos desahogados, de esos muy suyos. Caminó delante de la cara de un astado que no terminó por entregarse, aunque le permitió al valenciano cortar la primera y, a la postre, única oreja del inicio de la Temporada Grande, pues hay que contar que tras la apoteosis de Ventura alguien oficioso quiso traer un rabo, sin saber que en México no se dan apéndices cuando hay un indulto.
Ponce estuvo digno con su manso segundo y cumplió con el que tuvo que matar por El Payo , que tras haber estado valentísimo en su primero, fue herido por su segundo. Sufrió una cornada de dos trayectorias en la pierna derecha, una de ellas de 25 centímetros.
El joven Luis David Adame , con personalidad y valor, consiguió dos importantes faenas, sobre todo en su segundo, al que toreó en redondo y templado, aunque desafortunadamente lo malogró con la espada.